Mientras el cantante Manny Manuel guarda silencio sobre lo que le sucedió el jueves, cuando fue hallado con el rostro golpeado y ensangrentado en la avenida Baldorioty de Castro, el teniente coronel Miguel Rosado dijo ayer que la policía investiga un nuevo ángulo del caso.
“Todo apunta a que no fue un accidente… Apunta a un nuevo ángulo. Estaríamos investigando otro tipo de incidente”, reveló a El Nuevo Día el director del Negociado de Tránsito de la Policía de Puerto Rico.
Según indicó Rosado, esto “caería entre las distintas especulaciones” hechas en torno a lo que le ocurrió al artista, como que éste recibió una paliza o fue arrojado de un auto.
“La información vino de alguien que llamó sin nombre, ni identidad. Se entrevistó por teléfono, tenemos otros datos para conseguirlo y podemos identificarlo, pero respetaremos su anonimato”, subrayó Rosado.
Por lo pronto, señaló que “estuvimos hablando con el fiscal Gil Ramos y no podemos decir más hasta que corroboremos más esta información”. Sin embargo, en entrevista con Radio Isla, el teniente coronel manifestó que la persona anónima, “aparentemente” se encontró la madrugada del jueves con Manuel “en un algún punto en que se vieron en el área metropolitana”. Enfatizó que se quiere “esclarecer el caso”, que el vocalista “puede estar seguro de que le vamos a garantizar todos sus derechos” y que, “si hay que procesar a un ciudadano particular, se va a hacer”.
La información de Rosado contradice la versión de Empresas Ángelo Medina, que maneja al cantante, de que el artista fue atropellado por un conductor que se dio a la fuga. El oficial insiste en que “las características son diferentes, desde la forma de la ropa hasta como quedó la cara” de Manny.
Por su parte, la sargento Clarissa Ortiz, auxiliar de la División de Patrullas de Carreteras de San Juan, indicó ayer que Manny “no podrá ser entrevistado hasta que sea dado de alta (del Doctor’s Center Hospital) o hasta que su médico de cabecera lo permita”, puesto que “está protegido por la ley Hippa”. Ella ha tratado de entrevistarlo en cuatro ocasiones.
Al cierre de edición, El Nuevo Día intentó varias veces sin éxito comunicarse con los manejadores del artista.