Una enorme estatua dorada (el doble del tamaño original) de la escultura El David de Miguel Ángel sorprendió ayer martes a los neoyorquinos.
La réplica de poco más de 10 metros de fibra de vidrio viajó por la ciudad en un remolque abierto antes de permanecer unas horas frente a la organización no lucrativa, Tienda de Arte y Arquitectura, ante la mirada atónita de los transeúntes.
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