Irán y Nigeria pactaron el lunes un empate sin goles en un partido de mucho choque y poco fútbol, correspondiente al Grupo F de la Copa del Mundo.
Cuando la jugada que más se repite en un encuentro es la colisión entre dos jugadores que saltan para disputar un balón por alto, el espectáculo no anda muy bien. Pero esa fue la tónica del partido más deslucido que se ha presentado hasta ahora en el certamen de Brasil, el primer empate después de cuatro jornadas llenas de goles y emociones.
A los 69 minutos, el nigeriano Shola Ameobi tuvo la oportunidad más clara del encuentro. Se coló entre las espaldas de un par de zagueros iraníes, en pos de un centro largo, pero apenas alcanzó a rozar el balón cuando tenía el segundo poste a su disposición.
Esa aproximación y una de los iraníes por cuenta de Reza Ghoochannejhad fueron prácticamente lo único que ofreció el encuentro, además de la retahíla de choques, pases errados, tiros desviados y faltas que cortaron constantemente las acciones.
“Ellos tenían a sus 11 jugadores colocados detrás del balón, lo que nos dificultó mucho generar oportunidades”, dijo John Obi Mikel. “Es frustrante, porque se encerraron”.
Muy poco ingenio para dos selecciones que buscaban su primera victoria en un Mundial desde 1998 y que, al dividir puntos, quedan compartiendo el segundo lugar del grupo, por debajo de Argentina, pero con un nivel futbolístico que parece muy lejano del desplegado la víspera por Bosnia-Herzegovina ante la Albiceleste de Lionel Messi.
Fuente: AP