Si ataca Argentina habrá perfume de gol y si lo hace Suiza también. Entre abundantes defectos en defensa y algunas virtudes en ataque, ambos equipos se medirán el martes por el pase a los cuartos de final de la Copa del Mundo.
Salvo por Lionel Messi, quien navega en una canoa que jamás queda a merced de las olas, Argentina es un equipo previsible que en su retaguardia sufre incluso el menor amago de estocada. En cambio Suiza cultiva dos perfiles, ya que tanto puede golear como ser goleada.
Tomar la iniciativa podría ser la mejor receta para ambos equipos.
Messi, autor de cuatro de los seis goles argentinos, mantiene intacta su zurda que imanta multitudes, mientras Suiza, que no es un equipo con vocación de refugiarse atrás, cuenta como arma más peligrosa con Xherdan Shaqiri, artífice de la clasificación de su equipo al firmar todos los goles en el 3-0 ante Honduras y al que en su país bautizaron como el “Messi de los Alpes”.
¿Alguna razón valedera para que en ese partido haya varios goles?
Hay una y es contundente: Argentina convirtió seis goles y recibió tres, mientras Suiza clavó siete y le encajaron seis, en tres partidos cada uno de la primera ronda, en la que ambos evidenciaron falencias en todas sus líneas.
En Argentina estará ausente Sergio Agüero por una lesión muscular en el último partido de la fase de grupos, cuando Argentina venció 3-2 a Nigeria en Porto Alegre con dos dianas de Messi. En su reemplazo jugará Ezequiel Lavezzi, quien relevó también al artillero del Manchester United cuando dejó la cancha a los 37 minutos, y que se ocupó de recorrer la banda derecha y no jugar tan en el centro como el “Kun”.
Lavezzi, Messi y Gonzalo Higuaín formarán el trío de ataque argentino, en el que Angel di María será un colaborador más cuando se despegue de sus compañeros del mediocampo Javier Mascherano y Fernando Gago.
Fuente y Foto: AP