La Iglesia contra los gays: las declaraciones más polémicas de obispos, arzobispos y el papa

El papa Benedicto XVI dijo este lunes en un discurso a los diplomáticos que trabajan en el Vaticano que el matrimonio homosexual es una de las amenazas graves contra la familia tradicional que socavan “el porvenir mismo de la humanidad”. Esta declaración del Obispo de Roma es la última de las múltiples declaraciones en contra de las tendencias homosexuales por parte de la jerarquía católica.

La Iglesia Católica recrudece su discurso contra los derechos de los homosexuales en 2004-2005, momento en el que salen a la luz las primeras denuncias masivas de casos de pederastia en el seno de la Iglesia y el año en el que numerosos Estados, entre ellos España, comienzan a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Hacemos un repaso a algunas de las declaraciones que han causado más polémica:

El papa dijo en Portugal hace un año que los matrimonios entre personas del mismo sexo son opuestos al “bien común” y defendió que la familia está “basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer”. Dos años antes dijo que salvar a la humanidad de las conductas homosexuales o transexuales era igual de importante que evitar la destrucción de las selvas.

El cardenal de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, sobre el matrimonio gay: “Este es un plan macabro para exterminar a la humanidad… me opondré hasta la muerte al matrimonio gay” (30-09-2010).
“El SIDA es un acto de justicia… jugar con la naturaleza del amor conduce a catástrofes así”, el arzobispo de

Bruselas, Andre-Joseph Leonard (14-10-2010).

“Muchos psicólogos y psiquiatras han demostrado, y me han dicho recientemente, que hay relación entre homosexualidad y pedofilia. Esto es verdad. Este es el problema”, cardenal Tarcisio Bertone (12-04-2010).
Otros miembros de la jerarquía católica española han copado titulares de prensa por sus referencias contra el matrimonio gay, legal desde 2005.

El cardenal Antonio María Rouco Varela, máximo representante de la Iglesia Católica de España, en la reciente misa de la familia, el día antes de Reyes dijo que para él en otras uniones, como las parejas homosexuales, “puede haber elementos participados, como una casa o una vivienda” y “algo tienen de familia, pero no es una familia”.

Arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco: “La ignorancia, el desprecio o la animadversión contra el matrimonio y la familia conllevan funestas consecuencias para el futuro de la sociedad, para el fundamento de la convivencia democrática y para el bienestar y la felicidad de las personas”. “Manifestarse a favor de que se respete la alianza conyugal entre el varón y la mujer, de que se apueste por las familias con un sólido fundamento matrimonial indisoluble, es manifestarse para el bien de todos, para el bien de la humanidad”. “Asistimos a la voladura del matrimonio”, dijo.

El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el jesuita Juan Antonio Martínez Camino: “La conducta homosexual es desordenada”.

Varios documentos de la Iglesia hablan también en contra del matrimonio homosexual.

Documento “Hombre y Mujer los creó”, de 2004: el texto subraya que “la inclinación homosexual, aunque no sea en sí misma pecaminosa, debe ser considerada como objetivamente desordenada, ya que es una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral”.

En el libro basado en la entrevista de Peter Sewald al papa, titulado “Luz del Mundo” Benedicto XVI explica por qué los homosexuales no pueden ser sacerdotes y pide que los seminarios los detecten y los aparten. “Su orientación sexual les distancia de la recta paternidad que define el ser sacerdotes”. Aunque reconoce que hay sacerdotes homosexuales, les pide que “por lo menos” no ejerciten “de manera activa” esa inclinación, para permanecer fieles a sus obligaciones.

Una instrucción de la Congregación para la Educación Católica de 2007: “Por lo que se refiere a las tendencias homosexuales profundamente arraigadas, que se encuentran en un cierto número de hombres y mujeres, son también éstas objetivamente desordenadas y con frecuencia constituyen, también para ellos, una prueba.

Tales personas deben ser acogidas con respeto y delicadeza”. Y añade: ” la Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al Seminario y a las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay”.

Cortesia de 20minutos.es

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