Lima (CNN Español) – El primer transexual reconocido por el estado peruano en la década de 1980 pidió a las autoridades de su país que le devuelvan legalmente el nombre y el sexo con los que nació.
Fernando Ñaupari lo logró ya en Francia, donde se estableció por más de diez años e incluso contrajo matrimonio como mujer.
Divorciado y con nacionalidad francesa, los documentos de ese país lo identifican como hombre pero en Perú sigue siendo Carmen Claudia Ñaupari.
Ahora se dedica a predicar la palabra de Dios, que, según dice, obró un milagro en él.
Las innumerables operaciones que convirtieron a Fernando en Carmen Claudia, una mujer hermosa, no le dieron la felicidad. Al menos así lo dice ahora Fernando Ñaupari, 28 años después de haber vivido con un cuerpo de mujer.
“De una u otra manera buscaba parecerme a una mujer. No me gustaba lo que yo tenía entre la piernas”, cuenta en entrevista con CNN en Español.
Casi toda su vida como Carmen Claudia transcurrió en Francia, y estuvo vinculada a un mundo de prostitución y drogas. Mundo del cual no logró salir ni siquiera al casarse con un francés que le ofreció una vida llena de comodidades.
“Vine esta vez para ser bautizada. Aca en Perú, para poder amar a mis hermanos como debe ser”, dice.
Su vida cambió cuando visitó Lima para ser bautizada en una iglesia cristiana.
“Yo nunca dije el año 2000: me pongo mis zapatos, mi pantalón, mi corbata. No, cuando yo le clamé a Dios, yo no le pedí ser un hombre. Yo le pedí a Dios un cambio: dejar esas vida de discotecas, de borracheras… ser una mujer decente, vivir con mi esposo bien”.
Dice que al escuchar el mensaje de la Biblia, cayó desmayado. Al despertar, no reconoció el cuerpo de mujer que se había fabricado.
“Me comenzaron a leer en primera de Corintios 6, 9 el Señor que ningún homosexual irá al cielo, toda lesbiana, al infierno irá y para mí fue duro. Cuando me dijeron: tú eres un hombre… Imagínese, tu le dices a un homosexual: ‘eres un hombre’. Es capaz de tirársele encima… Por eso yo les entiendo a todo homosexual porque están aireados. Porque yo pasé por eso”, agrega.
En Francia fue evaluado por psicólogos y psiquiatras, que le dieron luz verde para su nuevo cambio de sexo. Después de pasar por cirugías para deshacerse de implantes y volver a tener un aspecto masculino, sólo le falta ser reconocido como hombre por las leyes peruanas.
Una visita al Congreso peruano para reclamar su derecho a la identidad sexual, dio frutos y las autoridades del registro civil, desconcertadas ante el primer pedido de un extransexual para regresar a su sexo, le ofrecieron tomar el documento francés como base para el cambio de sexo en Perú.
“Ahorita yo soy un hombre consagrado al ministerio. Yo soy un predicador del ministerio que paro viajando por todo el mundo y ahora vengo al Perú por mi DNI pensando qué fácil, y llevo más de un año en esto”.
Su predicación está dirigida a los padres para que busquen orientar a su hijos con tendencias homosexuales en la palabra de Dios.
“Yo viví 28 años en medio de ese círculo homosexual, ver cómo los homosexuales en medio de su soledad, o en medio del alcohol lloraban. Por eso yo siempre lo he dicho: no hay homosexual feliz”.
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