WASHINGTON (AP) — El ataque de un estudiante armado comenzó con una explosión de vidrios a causa de un disparo a las ventanas de una escuela secundaria de California. Rich Agundez, el policía asignado a la escuela de El Cajón, se levantó sobresaltado y su cerebro de inmediato comenzó a operar a toda velocidad.
La gente gritaba su nombre en medio del caos pero él no escuchaba. El guardia estaba tan concentrado que parecía mirar todo al fondo de un túnel.
Mientras que dos profesores y tres estudiantes resultaron heridos cuando reventaron los vidrios en el ataque del 2001 en Granite Hills High School, Agundez se enfrentó al atacante y le hirió antes de que ingresara a la escuela y usara su segunda arma de fuego.
La respuesta de la Asociación Nacional de Portadores de Armas (NRA por sus siglas en inglés) a la matanza de una escuela de Connecticut plantea tener voluntarios armados, entrenados en todas las escuelas de Estados Unidos. Para Agundez, los expertos en seguridad y los miembros de la junta escolar existe una gran diferencia entre un hombre entrenado por la policía y que forma parte de una familia escolar, con un guardia armado.
La propuesta de la NRA ha provocado un debate en todo el país a la vez que el asunto de control de armas vuelve a la mesa de discusión a nivel nacional. El presidente Barack Obama prometió que presentará un plan en enero para enfrentar la violencia armada a raíz de la matanza de 20 niños y seis maestras de la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut.
Agundez afirma que lo sucedido antes del ataque en la escuela del condado de San Diego podría usarse como marco para el debate de la propuesta de la NRA.
Después de un ataque armado en otra escuela del condado unas semanas antes, Agundez había entrenado al personal sobre la manera de trancar la escuela, había señalado vías de evacuación, había enseñado a los profesores cuándo bloquear las puertas, cerrar cortinas y apagar las luces. Incluso les dijo que el sistema de computadoras podría ser usado para comunicarse a fin de reducir el caos.
¿Y cuál era su entrenamiento? Agundez había sido miembro de un equipo especial de la policía, lo que le permitía operar en situaciones de tensión y le enseñó cómo esquivar las balas del atacante. Y los niños de la escuela sabían que tenían que seguir sus instrucciones porque lo conocían. Había hablado en las aulas y les había aconsejado cada vez que llegaron hasta él para plantearle algún problema.
Después de matanza de Sandy Hook, las juntas escolares, los administradores, profesores y padres de familia están revisando sus medidas de seguridad.
Los funcionarios de seguridad escolar tienen varias opciones, desde agentes policiales mejor entrenados hasta guardias privados inermes. Algunos grandes distritos urbanos con problemas de pandillas y delincuencia formaron sus propias agencias policiales hace algunos años. Otros, después de la matanza de 13 estudiantes en la escuela secundaria de Columbine en 1999, suscribieron acuerdos conjuntos con los departamentos de policía local a fin de que les asignen agentes policiales, aunque eso no garantizaba impedir la violencia. Un guardia entrenado se enfrentó a uno de los atacantes en Columbine pero no logró impedir la muerte de 13 personas.
“Nuestra asociación no se siente cómoda con voluntarios (armados)”, destacó Mo Canady, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios para Recursos Escolares, cuyos integrantes son mayormente agentes entrenados por la policía que “forman parte de la familia escolar”.
Canady se preguntó cómo los agentes policiales que responden a los reportes de un atacante armado sabrían establecer si una persona con un arma es un voluntario o es el atacante.
___
Larry Margasak está en Twitter como http://Twitter.com/LarryMargasak