PRAGA, República Checa (AP) — Está tatuado de la cabeza a los pies, una mezcla guerrera de azul, verde y rojo.
También se encuentra en un sorpresivo tercer lugar en las encuestas previas a la elección presidencial de esta semana en la República Checa.
Vladimir Franz, un compositor de ópera y pintor, parece el más extraño de los candidatos para un prestigioso cargo previamente asumido por el estimado dramaturgo disidente Vaclav Havel y por Vaclav Klaus, un profesor a quien se le acredita la planeación de la transición económica del comunismo a un libre mercado.
Algunos tienen un apodo para Franz: “Avatar”. Y durante un debate televisivo, un televidente que llamó por teléfono al estudio lo comparó con “una exótica criatura de Papúa Nueva Guinea”.
Pero él cuenta con un buen número de admiradores en un país en el que los votantes lucen cada vez más cansados de políticos que tildan de corruptos y que durante años no han cumplido promesas, más de dos décadas después de la caída del comunismo.
Franz no cuenta con experiencia política y confesa saber poco en materia de economía. Agrega que asumió el reto sólo después de que un grupo de admiradores creó la iniciativa “Franz para presidente” y le rogó reformar la contienda a través del factor impacto. Pero ha mostrado tan buena voluntad que un importante economista ha ofrecido sus servicios de manera gratuita, y los miembros de su campaña también son voluntarios.
El compositor sólo ha gastado 25.000 dólares de donaciones a su campaña y no ha colocado ningún cartel.
Franz incursionó en el escenario político al recabar la inesperada cifra de 88.000 firmas del público para finales de 2012, muchas más de las 50.000 requeridas por la ley.
Sin afiliación a ningún partido, ha hecho campaña mayormente con un programa enfocado en la lucha contra la corrupción, la importancia de la educación y la reputación moral del país.
“El sistema (político) está tan encantado consigo mismo que ha perdido la capacidad de la reflexión”, dijo en una entrevista el martes con The Associated Press. Los checos, dice, “están hartos de esta porquería”.
Se pronostica que obtenga cerca del 11% de una primera ronda de nueve candidatos el viernes y sábado, insuficiente para llegar a la segunda vuelta.
Milos Zeman, primer ministro izquierdista de 1998 a 2002, encabeza las encuestas con 25% de los votos. Jan Fischer, un ex burócrata de Estado de tendencia centrista, ganó mucha popularidad cuando encabezó un gobierno de transición en el periodo 2009-2010. Está en segundo lugar con el 20% de las preferencias.
Por primera vez, el presidente checo será elegido por medio del voto popular, un nuevo sistema que posibilita que candidatos independientes como Franz contiendan por la presidencia.
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El periodista gráfico de The Associated Press Adam Pemble contribuyó a este despacho desde Praga.