MIAMI (AP) — Maxi González y su familia se acomodaron en el Maya Tapas and Grill de la famosa Lincoln Road de Miami Beach para disfrutar de unos buenos bifes con ensalada. Era la primera noche de una vacación de una semana para esta familia argentina que se disponía a comer todos los días en el mismo restaurante. ¿La razón? Aceptan pesos argentinos.
Los férreos controles de divisas impuestos por el gobierno argentino hacen que resulte cada vez más difícil para turistas como González conseguir dólares para viajar al exterior. La medida apunta a combatir la fuga de capitales y a reforzar el peso local.
Gonzáles pudo cambiar el equivalente a 2.000 dólares. “No alcanza ni por asomo para una familia grande como la mía”, comentó el empresario textil, quien tiene seis hijos.
En una ciudad que algunos consideran la capital de América Latina, el control de divisas en Argentina se está haciendo sentir.
El propietario de Mayas Tapas and Grill, Alejandro Maya, decidió hacer un experimento con el fin de ayudar a algunos clientes y atraer a otros: Aceptar el pago en pesos al cambio oficial.
“Vimos una necesidad y pensamos que los clientes se beneficiarían de esta medida”, expresó Maya, cuyo restaurante atrae turistas de toda América Latina y el mundo.
Es una medida inusual, pero el restaurante de Maya no es el único que la ha tomado. En algunos departamentos en alquiler de Miami Beach también se están aceptando pesos argentinos, para alivio de viajeros como González, quien tiene una hacienda cerca de Buenos Aires y estuvo hace poco en Miami con su esposa y dos hijas.
“No es difícil. Es imposible” comprar dólares en Argentina, dijo Gustavo González, de 49 años.
La ciudad es un destino popular para las clases medias de América Latina y también para los ricos y los famosos. Unos 375.000 argentinos visitaron Miami en el 2011, en que fueron el quinto contingente nacional más grande de turistas internacionales. Van a las playas, los clubes nocturnos y restaurantes, y visitan la Pequeña Buenos Aires, como se denomina a una faja de Miami Beach donde abundan los comercios orientados a esa comunidad.
A los argentinos, no obstante, cada vez les cuesta más viajar.
María Isabel Seufferheld trabaja en una agencia de viajes de Mendoza y dice que mucha gente que hubiera salido al exterior se está quedando en el país durante sus vacaciones. Y si viajan, pasan menos tiempo afuera.
La propia Seufferheld visitó recientemente a su hijo en Miami y trató de cambiar 800 dólares para el viaje. Pero le aprobaron solo 100 dólares para un viaje de 15 días, según dijo.
“Uso las tarjetas de crédito para todo”, manifestó.
Bajo los actuales controles, los argentinos que están al día con sus impuestos pueden comprar no más de 100 dólares por persona por cada día en el exterior. Hace dos meses el gobierno comenzó a controlar el uso de tarjetas de crédito y débito cobrando una retención impositiva del 15% sobre los gastos en el exterior, deducible cuando se hace la declaración anual al fisco. A ello se suma un impuesto aduanero del 50% para los bienes traídos de afuera.
Ricardo Echegaray, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, organismo fiscal que supervisa la recaudación impositiva, explicó que el objetivo de esas medidas es pillar delincuentes y hacer que resulte menos atractivo a los argentinos gastar en el exterior. Busca además contener la fuga de capitales, que fue de 23.000 millones de dólares en el 2011, y mantener suficiente dinero en las reservas del banco central argentino para pagar la deuda nacional.
El control de divisas ha afectado otras áreas. Eduardo Bleiberg, vicepresidente de la empresa inmobiliaria Weichert Realtors Best Beach Real Estate, dijo que se ha notado una pequeña caída en la cantidad de argentinos que compran propiedades en Estados Unidos.
“Los bancos están colocando muchas restricciones a los préstamos a los argentinos”, señaló.
Los controles han funcionado hasta cierto grado: el banco central argentino dijo que tenía 45.000 millones de dólares en reservas el año pasado, pero el valor del peso sigue cediendo y cayó un 8% en relación con el dólar en el 2012.
Los argentinos que no pueden conseguir dólares a través de los canales oficiales a menudo recurren al mercado negro, donde la tasa de cambio es bastante más alta.
Maya, un argentino oriundo de Mar de Plata, dijo que se le ocurrió aceptar pesos por primera vez cuando leyó que los restaurantes y hoteles de Uruguay hacían lo mismo.
“Me pregunté ¿por qué no podemos hacerlo aquí?”, relató.
Los Maya publicitaron su política en la internet y en un cartel en la entrada del restaurante, que dice “Coma en Miami, pague en pesos”. El cartel está ilustrado con billetes argentinos y muestra la tasa oficial de cambio.
“Algunos clientes se preguntan si es un engaño”, dijo Maya. “Pero no hay gato encerrado. Es el mismo menú, la misma comida, lo mismo de todo”.
La iniciativa ha sido relativamente lucrativa. El restaurante recaudó casi 10.000 dólares en pesos en el primer mes.
Muchos clientes depositan el dinero en bancos de argentina y usan sus tarjetas de débito para sacar divisas para comprar alimentos y otros artículos. Si bien sale perdiendo dinero en el proceso, Maya dice que lo que saca es dinero extra, que no hubiera entrado de otro modo, y que seguirá aceptando pesos mientras haya controles en Argentina.
“Lo haremos mientras dure la medida”, aseguró.
Gustavo González afirmó que su familia tiene lo justo para una vacación de diez días y que pagan muchas cosas con tarjetas de crédito. Agregó que quisieran gastar menos y que van seguido al restaurante de Maya para poder pagar en pesos.
“Nos resulta más barato”, declaró. “Pagamos lo mismo que pagaríamos en Argentina”.