NUEVA YORK (AP) — Wal-Mart Stores Inc., la cadena de almacenes detallistas más grande del mundo y la mayor patronal privada de Estados Unidos con 1,4 millones de empleados, tiene un plan de tres fases para impulsar a la perezosa economía del país.
El plan, presentado el martes, incluye contratar a más de 100.000 ex soldados en los próximos cinco años, destinar 50.000 millones de dólares para comprar más mercancía fabricada en Estados Unidos durante la siguiente década y ayudar a sus empleados de tiempo parcial a posicionarse más rápido en puestos de tiempo completo.
La decisión se anuncia mientras Wal-Mart intenta recuperarse de golpes a su reputación en meses recientes por un escándalo de sobornos en México y el mortífero incendio en una fábrica en Bangladesh en noviembre que abastecía de ropa a la empresa. La cadena de tiendas, que es muy criticada por ofrecer empleos de bajos salarios y no comprar más a las fábricas estadounidenses, indicó que su plan resaltará las oportunidades de carrera en la industria de la venta al menudeo.
“Hemos desarrollado una parálisis nacional en la que todos esperamos que alguien haga algo”, declaró Bill Simon, presidente y director general de Wal-Mart en Estados Unidos en una convención anual de la industria en Nueva York. “La belleza del sector privado es que no tenemos que ganar una elección o convencer al Congreso para aprobar una iniciativa que nosotros pensamos que es correcta”.
El centro del plan de Wal-Mart es la promesa de contratar a ex militares, quienes llegan de Irak y Afganistán y tienen dificultad para encontrar trabajo.
Dave Tovar, portavoz de Wal-Mart, informó que la empresa no ha definido los detalles del plan, pero que “empatará las experiencias y habilidades” de los veteranos. Simon, quien estuvo en la Marina Armada, dijo que los ex militares tienen un “buen desempeño bajo presión”.
Los ex combatientes que hayan sido dados de baja con honorabilidad tendrán “un lugar al que acudir”, dijo Simon en un comunicado. La promesa de contratación abarca a los ex soldados hasta 12 meses después de abandonar el servicio de las armas.