NUEVA YORK (AP) — El límite que las autoridades neoyorquinas buscan imponer al tamaño de las bebidas azucaradas que se venden en la ciudad constituye una “intromisión extraordinaria” en la libertad de los consumidores para elegir, afirmó el miércoles el abogado de un grupo contrario a la disposición, en el que no sólo figuran los productores de gaseosas, sino organizaciones defensoras de los hispanos y de la gente de raza negra.
La Federación Hispana y la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Raza Negra (NAACP, por sus siglas en inglés), se sumaron a la campaña legal encabezada por la Asociación Estadounidense de Productores de Bebidas contra esta disposición al considerar que dañaría particularmente a las tiendas y restaurantes pequeños cuyos dueños pertenecen a minorías étnicas.
“Los neoyorquinos no quieren que se les ordene qué deben beber”, dijo el abogado James Brandt al juez de la Corte Suprema del estado en Manhattan, Milton Tingling.
Pero el abogado principal del Departamento de Salud de la ciudad, Thomas Merrill, insistió ante el juez en que los límites al tamaño de los vasos de refrescos y otras bebidas dulces, que entrarán en vigencia el 12 de marzo, resultan necesarios y razonables. Añadió que la junta de salud tiene la autoridad para promulgar esta medida.
“La razón de esta regla es que hay una epidemia de obesidad, y las evidencias científicas muestran que las bebidas azucaradas inciden enormemente en esto”, alegó. “Un producto que contiene calorías negativas y carece de valor nutricional alguno se está consumiendo de manera excesiva”.
La rama de la NAACP en Nueva York y la Federación Hispana, una red de 100 organizaciones en el noreste del país, se han topado con un tema complejo, particularmente ante el hecho de que los índices de obesidad son superiores entre los hispanos y negros que en el resto de la población, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). En documentos presentados ante la corte, los grupos señalan que están al tanto de esta aparente contradicción, pero recalcan que las reglas dañarán con particular severidad a los negocios de minorías y atentarán contra “la libertad de elegir en comunidades de bajos ingresos”.
“Esta regulación amplia sin duda representará una carga y un impacto desproporcionado contra negocios cuyos dueños pertenecen a las minorías, en el momento en que estos comercios menos pueden soportar algo así”, añadieron en los documentos. Señalan que el ayuntamiento debería concentrarse en mejorar la educación física y nutrimental en las escuelas.
Las reglas sobre las bebidas representan el paso más reciente de una serie de iniciativas del alcalde Michael Bloomberg para promover una alimentación sana. Prohíben que los restaurantes y otros establecimientos que expenden comida vendan bebidas de alto contenido de azúcar en vasos o contenedores con una capacidad superior a los 473 mililitros (16 onzas). Los infractores pagarían multas de 200 dólares, aunque la ciudad no prevé imponer las reglas antes de junio.
La Junta de Salud de la ciudad aprobó la medida en septiembre.