SEUL, Corea del Sur (AP) — La primera mención de alto nivel en Corea del Norte sobre la primera presidente mujer de Corea del Sur fue de neto corte sexista. La entidad que controla las fuerzas armadas norcoreana se quejó el miércoles de los “latigazos venenosos” de su falda.
A pesar de ello y del continuo torrente de retórica de Pyongyang de desatar una guerra nuclear y otros desastres, la presidenta Park Geun-hye se mantiene a tono con sus campañas de acercarse al joven líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, y enviar al país la asistencia humanitaria que tanto necesita.
La frustración del público con los últimos cinco años de relaciones entre ambos países, en que Pyongyang realizó varios ensayos nucleares, lanzó cohetes de largo alcance y ataques que dejaron un saldo de decenas de surcoreanos muertos, es una buena parte de la razón porque la Park trata de crear confianza con Corea del Norte, incluso mientras los militares surcoreanos prometen responder con fuerza a cualquier ataque de su vecino del norte.
En días recientes Corea del Norte ha prometido represalias “despiadadas” y afirmó que no respetará el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea. Pyongyang está molestó por las maniobras militares que realizan en este momento Estados Unidos y Corea del Sur y por las nuevas sanciones de la ONU, impuestas por el lanzamiento en diciembre de un cohete de largo alcance, que el organismo mundial calificó de pantalla para un prueba prohibida de misiles, y la tercera prueba nuclear subterránea, realizada el 12 de febrero.
El miércoles, un portavoz no identificado del Ministerio de las Fuerzas Armadas de Corea del Norte, adscrito a la Comisión Nacional de Defensa, repitió esas amenazas a la vez que criticó la propia retórica reciente de Corea del Sur, como una amenaza de Seúl de que el gobierno de Corea del Norte se “esfumará de la faz de la Tierra” si alguna vez usa un arma nuclear.
“Esta histeria provocada por los belicistas de Corea del Sur está directamente vinculado con el chasquido venenoso de la falda de quien ocupa una vez más” la Casa Azul presidencial, dijo el portavoz de Corea del Norte en una declaración. Esta fue la primera crítica al gobierno de Park reportada por un medio importante de Corea del Norte desde su elección el 19 de diciembre.
Park, hija del fallecido dictador surcoreano Park Chung-hee, asumió el cargo el 25 de febrero. Ella vivió en la Casa Azul cuando era niña y desde los 22 años fue la primera dama de su padre después que un asesino, que alegó obrar bajo órdenes de Corea del Norte, mató a su madre en un atentado contra Park Chung-hee.
El término “latigazo de la falda” se usa con frecuencia en coreano para describir a mujeres que se comportan de una manera exagerada, como las amas de casa que tratan de controlar todos los aspectos de la educación de sus hijos.