WASHINGTON (AP) — Ante las críticas de miembros de ambos partidos, el presidente Barack Obama reconoció el sábado que su propuesta presupuestaria no es su “plan ideal”, pero insistió que ofrece “reformas difíciles” a los programas sociales al tiempo que aumenta los impuestos a los acaudalados, una mezcla que dice reducirá el déficit presupuestario a largo plazo sin perjudicar la economía.
En sus primeros comentarios sobre un presupuesto que presentará el miércoles, Obama dijo que busca disminuir los déficit y al mismo tiempo aumentar el gasto público en obras de infraestructura, enseñanza preescolar y capacitación laboral.
“No tenemos que elegir entre esos objetivos, podemos hacer los dos”, dijo Obama en su alocución semanal por radio e internet.
El presupuesto de Obama contempla un crecimiento más lento en los programas gubernamentales de prestaciones sociales para los pobres, los veteranos de las fuerzas armadas y los ancianos, así como mayores impuestos, principalmente a los ricos.
Algunos de los detalles, anunciados el viernes, fueron criticados intensamente por los liberales, los sindicatos y los activistas en favor de los ancianos, al tiempo que el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, tampoco se mostró entusiasta.
“Es una solución negociada que estoy dispuesto a aceptar para superar el ciclo de la toma de decisiones a corto plazo impulsadas por crisis, y centrarnos en hacer crecer nuestra economía y nuestra clase media a largo plazo”, dijo Obama.
El mandatario propone recortes de gastos y aumentos de ingresos que darían como resultado una reducción de 1,8 billones en el déficit en los próximos 10 años, al tiempo que reemplaza 1,2 billones en reducciones automáticas del gasto público que de otra forma entrarían en vigencia a lo largo de la misma década.
Con los aumentos fiscales y las reducciones aprobadas por Obama y el Congreso desde el 2011, el presupuesto para el año fiscal del 2014 aportaría una reducción total de 4,3 billones en el déficit para el 2023.
El plan de Obama tiene dos características centrales: un nuevo aumento fiscal de 580.000 millones de dólares al que se oponen los republicanos, y una nueva fórmula para el control de la inflación, rechazada por muchos liberales, que reduciría los ajustes anuales al costo de la vida para una amplia gama de programas gubernamentales, incluidos la Seguridad Social y la ayuda a los ex combatientes.
En su mensaje, Obama dijo que lograría la reducción del déficit con la aplicación de “reformas difíciles” al Medicare —el programa gubernamental de apoyo a los ancianos— y la implementación de “una reforma fiscal con sentido común que incluya cerrar resquicios fiscales para los acaudalados”.
Sin embargo, el mandatario no hizo referencia alguna a los efectos que su presupuesto tendría en la Seguridad Social y otros programas sociales.
Obama ha rechazado el plan republicano de la Cámara de Representantes de equilibrar las cuentas públicas en 10 años con notables reducciones en el gasto público.
En el mensaje republicano, el gobernador de Kansas, Sam Brownback, indicó que las ideas “de cómo componer el gobierno federal se están filtrando a los estados”.
“No se cambia Estados Unidos cambiando a Washington, se cambia Estados Unidos cambiando a los estados”, insistió el gobernador. “Y eso es precisamente lo que están haciendo los gobernadores republicanos en todo el país: adoptando un enfoque diferente para fomentar el crecimiento de las economías estatales y componer sus gobiernos con ideas que funcionan”.
Brownback, ex miembro de la Cámara de Representantes y senador federal, pidió una “estructura fiscal que fomente el crecimiento, un sistema de enseñanza que produzca resultados medibles, y un renovado enfoque en la increíble dignidad de cada persona, sin importar quien sea”.