WASHINGTON (AP) — La expectativa del presidente Barack Obama por una contundente victoria legislativa este año ahora depende casi en su totalidad de la reforma migratoria que se abre camino en el Congreso. Pero la complicada política estadounidense sobre inmigración ha puesto en un dilema a un mandatario que lucha por un asunto al que considera central para su legado.
Si Obama se alinea demasiado con la legislación, podría ahuyentar a los republicanos cautelosos de entregar una victoria al presidente. Pero si guarda distancia y la reforma tiene problemas en el Capitolio, es probable que Obama sea criticado por no usar sus poderes presidenciales para buscar votos, como ocurrió tras el reciente fracaso de las medidas de control de armas de fuego por las que él mismo abogó.
En las próximas semanas, la Casa Blanca someterá a prueba si Obama puede asumir un papel más público en el debate migratorio tras ceder enormemente el tema al Congreso durante la mayor parte del año. El presidente incrementará sus viajes relacionados con la inmigración en los siguientes cinco meses, entre ellos una visita esta semana a México y Costa Rica. La Casa Blanca también planea usar los medios de habla hispana para impulsar el respaldo público a un exhaustivo proyecto de ley.
Aun así, Obama señaló durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca el martes que su principal tema de discusión será que él respalda un proyecto de ley redactado por el llamado Grupo de los Ocho en el Senado, un equipo conformado por cuatro demócratas y cuatro republicanos.
“Me impresionó el trabajo realizado por el grupo de los Ocho”, dijo Obama. “El proyecto de ley que están generando no es la propuesta que yo habría escrito —existen elementos en él que yo modificaría— pero creo que cumple con los criterios básicos que yo planteé desde el principio”.
La reforma migratoria avanzó muy poco en el Congreso durante el primer periodo de Obama en la presidencia, en parte debido a la oposición de los legisladores republicanos. Pero la elección presidencial de noviembre cambió el cálculo político para algunos republicanos, que vieron a los votantes hispanos votar abrumadoramente a favor de Obama y los demócratas mientras aumentan su fuerza en el electorado nacional.
A petición del Grupo de los Ocho, Obama se mantuvo al margen mientras el grupo de trabajo en el Senado se preparaba para la difícil tarea de diseñar un proyecto de ley a principios de este año. El daño potencial causado por la participación de la Casa Blanca quedó de manifiesto cuando una copia del borrador del proyecto de Obama fue filtrada en febrero. Ello generó sospechas entre los republicanos sobre los motivos del presidente para impulsar la iniciativa, y amenazó la propuesta misma.
La atención a la inmigración en la capital creció el miércoles, en una jornada en la que se realizaron marchas en decenas de ciudades en todo el país. La fecha, en la que buena parte del mundo celebra el Día Internacional de los Trabajadores, se ha convertido en un llamado anual para aligerar las restricciones migratorias estadounidenses.
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El periodista de The Associated Press Jim Kuhnhenn contribuyó con este despacho.
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