SAN ANTONIO (AP) — Tim Duncan, el francés Tony Parker y el argentino Manu Ginóbili se sentaron en medio del silencio sepulcral. Ni toda la experiencia que suman los tres en postemporada los pudo preparar para el sentimiento que experimentaron después de los dos primeros partidos de la final de la NBA.
Estaban satisfechos, pero al mismo tiempo atónitos.
Los Spurs consiguieron un triunfo en casa del Heat de Miami en el primer partido. Pero luego, los campeones reinantes de la liga los hicieron trizas.
Así, mientras se preparaban para recibir la final en San Antonio por primera vez en siete años, los veteranos tuvieron problemas para definir la situación del equipo.
Ganar un encuentro en el sur de la Florida representó todo un logro, pero la caída por 103-84 del domingo sembró muchas dudas sobre los Spurs.
¿Tienen en verdad la balanza a su favor?
“No después de esta noche. Creo que ellos han recuperado eso”, admitió Duncan. “Evidentemente estamos satisfechos por ganar el primer partido aquí. Nuestra meta era ganar dos, pero ellos lo hicieron esta noche. Ahora volvemos a casa, donde tendremos tres partidos, así que eso nos emociona. Pero si jugamos como esta noche, nada de eso importará”.
Los equipos viajaron el lunes, un día antes de que se reanude la serie. Los Spurs serán locales también el jueves, en el cuarto encuentro, y el domingo, en el quinto.
Otrora, una final en junio era tan común como el calor en esta ciudad del corazón de Texas. San Antonio ganó cuatro títulos en nueve años, desde 1999. Sin embargo, los Spurs no eran anfitriones de la serie por el título desde 2007, cuando tomaron una ventaja de 2-0 sobre LeBron James y los Cavaliers de Cleveland.
James está de regreso, con otro uniforme, y necesita ganar un partido aquí, lo que nunca ha sido fácil para Miami. Con esa victoria, el Heat garantizaría que la final vuelva a la costa.
El Heat tiene una foja de apenas 3-22 en San Antonio, aunque triunfó en la ciudad este año, incluso en un partido de las postrimerías de la temporada, en el que no participaron James, Dwyane Wade ni Mario Chalmers.
James no tuvo motivos de preocupación después del segundo partido, donde comprobó su hipótesis de que puede confiar en sus compañeros cuando él mismo no anda tan afinado. El astro no lució sino desde finales del tercer periodo.
En cambio, una duda comienza a comerles la cabeza a los “Tres Grandes” de los Spurs. Algo inusitado para un grupo que ha logrado ya antes la coronación.
Duncan, Parker y Ginóbili han logrado juntos 99 victorias en postemporada, la segunda mayor cantidad en la historia de la NBA. Se trata de un trío que sabe lo rápido que puede cambiar la situación en los playoffs.
En esta serie, la situación ya cambió, aproximadamente desde el momento en que James bloqueó una clavada del brasileño Tiago Splitter, en una imagen que quedará para la memoria de la final.
“Desde luego, si vemos el resultado de 1-1, no es tan malo. Pero no querés jugar así en una final”, dijo Ginóbili. “No querés darles tanta confianza ni perderla vos”.