MÉXICO (AP) — Con el rostro desencajado y visiblemente molesto por la eliminación de México en los octavos de final del Mundial de Sudáfrica 2010, Rafael Márquez declaró que había jugado su último partido con la selección azteca.
“Ya es momento de dar paso a los jóvenes”, dijo tras perder 3-1 con Argentina en Johannesburgo a finales de agosto del 2010.
Con 31 años de edad y tras haber disputado su tercera Copa del Mundo con el combinado de su país, la decisión del zaguero central sonaba lógica y la sensata.
Después de todo, los mexicanos tenían en camino una camada de jóvenes que habían sido campeones del mundo Sub17, entre ellos el zaguero del Espanyol de Barcelona Héctor Moreno, quien se perfilaba como el relevo de Márquez, además de los delanteros Carlos Vela (Real Sociedad) y Giovani Dos Santos (Villarreal).
Casi cuatro años después de anunciar su retiro del “Tri”, Márquez no sólo está de vuelta en el equipo sino que es el único jugador que parece tener un puesto seguro para Brasil 2014, según declaró el técnico Miguel Herrera.
“Es una gran responsabilidad y te obliga a ser ejemplo”, dijo Márquez, quien jugó en Europa con Mónaco y Barcelona, y junto con Hugo Sánchez son considerados los dos jugadores mexicanos más exitosos de la historia.
“En los entrenamientos tengo que darlo todo para que los compañeros lo vean”, añadió. “Estoy agradecido con el entrenador por brindarme la confianza pero ahora menos que nunca puedo bajar los brazos”.
El no entregarse jamás es uno de los sellos de Márquez, quien debutó en México con el Atlas cuando tenía 17 años de edad y tres temporadas más tarde emigró al Mónaco francés, donde fue campeón en su primera temporada.
En el 2003 fue adquirido por el Barcelona, con el que vivió siete años de gloria. Ganó las ligas del 2005, 2006, 2009 y 2010; la Champions League de 2006 y 2009 y ese mismo año en se coronó en el Mundial de Clubes.
Tras el Mundial de Sudáfrica, Márquez fichó con los Red Bulls de Nueva York, donde militó un par de años y volvió a México con el León, un movimiento que parecía acercarlo al retiro.
León acababa de lograr el ascenso y aunque es un equipo de tradición en México, no es considerado un club de abolengo como América, Chivas, Cruz Azul y Pumas.
De vuelta a su país, Márquez pasó un periodo de adaptación. En su primera temporada sólo completó 12 de los 17 partidos y se le veía fuera de forma. La velocidad ya no lo acompañaba, tampoco la precisión en sus coberturas y en sus salidas.
El fin parecía cerca y no sorprendió que el entonces seleccionador mexicano José Manuel De la Torre no lo tuviese en cuenta en la primera etapa de las eliminatorias mundialistas.
A Márquez, sin embargo, le picó el orgullo y decidió que le gustaría regresar al equipo nacional.
“Cuando no estuve en la selección, estuve trabajando, esforzándome y preparándome para alcanzar esta oportunidad”, dijo Márquez, quien volvió con todo en el Apertura 2013 y retomó el nivel perdido, convirtiéndose en pieza clave para que León se coronara.
Con México dando tumbos en la eliminatoria, De la Torre fue despedido, lo mismo que otros dos entrenadores más y Herrera fue nombrado como interino para un repechaje ante Nueva Zelanda donde los mexicanos evitaron la catástrofe de quedarse fuera de un Mundial por primera vez desde Italia 90.
“Fue sufrido, pero como sea se logró la clasificación y eso es lo que cuenta, ahora hay que trabajar para mejorar”, dijo Márquez.
Ahora “Rafa”, quien ya fue mundialista en Corea del Sur 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, se alista para una cuarta Copa del Mundo.
Si no ocurre una inesperada lesión, Márquez será el segundo jugador mexicano en la historia en disputar cuatro Mundiales. El portero Antonio “Tota” Carvajal posee el récord con cinco participaciones (Brasil 1950, Suiza 1954, Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966).
Márquez sabe que, a diferencia de Sudáfrica 2010, Brasil será su última parada en una justa mundialista y por eso espera que sea la mejor de su vida.
“Sin duda Brasil será el último Mundial porque al siguiente tendría que ir con un bastón”, añadió Márquez, quien cumplió 35 años de edad el pasado 13 de febrero. “Yo soy optimista y no pesimista, por eso yo voy pensando en grande”.
Como ha hecho en toda su carrera.