SEÚL, Corea del Sur (AP) — Cuando un avión de una aerolínea con sede en Seúl se estrelló este fin de semana en San Francisco, los surcoreanos lo tomaron como algo personal.
El presidente surcoreano emitió una declaración de arrepentimiento. Con una reverencia, el director de Asiana Airlines no sólo se disculpó con los pasajeros y sus familias, sino con todo el país. Junto con la tristeza por uno de los accidentes más alto perfil de una compañía aérea coreana en los últimos años, el promedio de los surcoreanos expresaron vergüenza y aprensión por la forma en que el incidente afectará a su país.
Es una reacción que sería difícil de imaginar si viniese de personas de otros países. Los éxitos y los fracasos de las grandes empresas de Corea del Sur están íntimamente ligados a la psique de este pequeño y orgulloso país que recientemente elevó su nivel de desarrollo.
“Realmente creo que los extranjeros ven este accidente como un reflejo de toda Corea del Sur”, dijo el martes en Seúl Cheon Min-jun, un empleado de oficina de 30 años.
Los surcoreanos se interesan mucho por el perfil global de las empresas de su país. Muchos sienten el orgullo, por ejemplo, cuando ven vallas publicitarias de Samsung en Times Square de Nueva York. Por el contrario, cuando un tropiezo de una empresa llama la atención internacional, hay una sensación colectiva de vergüenza nacional, incluso para los surcoreanos que no tienen relación alguna con la compañía, más allá de la nacionalidad.
“En Occidente, la separación entre los gobiernos, la sociedad y las empresas es más clara”, dijo Robert Kelly, profesor de ciencias políticas en la Universidad Nacional de Pusan, en Corea del Sur. “Las grandes organizaciones en la vida de los coreanos no son independientes unas de otras, sino que trabajan juntas, en unidad, en pos de una gran visión de la Corea empresarial”.
La actitud puede deberse a la evolución económica experimentada recientemente por el país y a la cómoda relación entre los líderes políticos autocráticos y las empresas en las décadas de 1960 y 1970.
Después de la devastación de la Guerra de Corea de 1950-53, Seúl ofreció dinero fácil a las grandes empresas y controlaba las importaciones de determinados productos para proteger a las empresas. Estos planes económicos manejados por el gobierno resultaron un apoyo temprano crucial para las compañías, que desde entonces se han convertido en marcas reconocidas a nivel mundial, como Samsung, Hyundai y LG.
Corea del Sur es ahora la cuarta economía más grande de Asia.
Las historias de las azafatas y otros tripulantes de Asiana que trabajaron heroicamente para salvar a los pasajeros han inspirado sentimientos de orgullo. Sin embargo, incluso antes de que los investigadores determinen lo que pasó, ya hay un sentimiento de vergüenza de que una empresa de Corea del Sur haya estado involucrada en el accidente que dejó dos muertos y decenas de heridos entre los 307 pasajeros a bordo.
“Es un poco vergonzoso”, dijo Son Eun-jung, un oficinista de 25 años de edad, en Seúl. “Temo volar en Asiana. Si yo soy de Corea del Sur y pienso de esta manera, me preocupa lo que la gente de otros países podría estar pensando sobre Asiana”.
Aunque no es tan grande como Samsung y Hyundai, Asiana Airlines Inc. es una compañía insigne de Kumho Asiana Group, el décimo sexto conglomerado privado más grande de Corea del Sur. Tiene muchas rutas internacionales por ser la segunda aerolínea más grande del país después de Korean Air Lines Co., lo que le da exposición a consumidores y empresas mundiales.
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La periodista de The Associated Press Elizabeth Shim contribuyó a este despacho desde Seúl.