NUEVA YORK (AP) — Constituye una “verdadera desgracia” el proceder de dos grupos que representan a minorías, incluida la Federación Hispana, y que pretenden impedir la entrada en vigencia del límite que la ciudad impuso a la venta de bebidas edulcoradas, dijo el viernes el alcalde Michael Bloomberg.
La Federación Hispana “vendió su alma” y la oficina estatal de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Raza Negra dio la espalda a las personas que representa al sumarse a una impugnación judicial contra una restricción sin precedentes en cuanto al contenido de azúcar, afirmó el alcalde en su programa semanal por la Radio WOR.
El proceder de la oficina en Nueva York de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Raza Negra (NAACP por sus siglas en inglés) y de la red de grupos hispanos suscitó el miércoles cuestionamientos en torno a los vínculos de ambos grupos con la industria de las bebidas gaseosas.
“¿Cómo podría la representación de la NAACP mirarse al espejo a sabiendas de que deliberadamente perjudica la esperanza y la calidad de vida de las personas a las que se supone sirve?”, preguntó Bloomberg.
Afirmó que los niños afectados por la mayor obesidad y donde la restricción sobre la cantidad de azúcar haría el mayor beneficio tienden a vivir en los vecindarios de minorías en la ciudad.
Ambos grupos se sumaron a una demanda que presentaron la Asociación de Bebidas de Estados Unidos y otras partes. La querella pretende bloquear la restricción, cuya entrada en vigencia está prevista para el 12 de marzo.
Ante la falta de un fallo inmediato el miércoles, los detractores de la medida dijeron que tenían previsto solicitar al magistrado de la Suprema Corte, Milton Tingling, que no permitiera la entrada en vigencia en lo que se decide el caso.
El principal abogado del Departamento de Salud de la Ciudad, Thomas Merril, dijo que el organismo también haría lo suyo en tribunales.
La NAACP y la Federación Hispana expresaron su preocupación de que sus establecimientos de comida y tiendas de otro tipo quedarían en desventaja frente a las grandes cadenas de comestibles.
“Si el alcalde Bloomberg es serio en la adopción de la medida, no puede señalar sólo a los establecimientos que tienen dificultades para adaptarse y competir con las grandes marcas”, dijo en un comunicado Hazel Dukes, presidenta de la oficina de la NAACP en Nueva York.
La representación estatal de la NAACP dijo que “apoya una agenda incluyente para enfrentar la epidemia de la obesidad infantil, como restringir la cantidad de comida poco saludable, aumentar las oportunidades para las actividades físicas e invertir en las alternativas que fomenten los espacios accesibles a favor de una vida saludable”.
La declaración de Dukes no fue una reacción directa a las declaraciones por radio del alcalde.
La Federación Hispana, que aglutina a 100 grupos en el noreste, no respondió de inmediato a un pedido para que hiciera una declaración sobre el particular.
Los fabricantes de bebidas, restauranteros, defensores de las minorías y otros críticos dijeron a un juez que el límite de venta establecido de una bebida edulcorada, de 16 onzas o 473 mililitros contraviene la decisión de los consumidores.
La medida está llena de inconsistencias porque causarán pérdidas por ejemplo al vendedor de hot dogs o a otros expendedores menores de alimentos, pero tolera que los neoyorquinos compren todas las bebidas gaseosas que deseen en la tienda de autoservicio ubicada al lado del primero, según los detractores.