KUALA LUMPUR, Malasia (AP) — La revisión de antecedentes de los ciudadanos chinos que viajaban en el avión de Malaysia Airlines que se perdió horas después de despegar no encontró vínculos entre éstos y el terrorismo, dijo el embajador de China en Kuala Lumpur el martes.
Las declaraciones pueden disminuir la especulación de que separatistas de la minoría musulmana uigur, procedentes de la remota provincia norteña de Xinjiang, podrían estar involucrados con la desaparición del vuelo que partió hacia Beijing el 8 de marzo con 239 pasajeros a bordo.
El avión transportaba a 154 ciudadanos chinos cuando alguien a bordo lo desvió deliberadamente de su ruta hacia Beijing, menos de una hora después de iniciado el vuelo, según autoridades malasias. Una masiva operación de búsqueda conducida en el océano Índico no ha logrado hallar rastros de la aeronave.
El embajador chino en Malasia Huang Huikang dijo que al revisar los antecedentes de sus compatriotas no encontraron evidencia que sugiriera que alguno estuviera involucrado en un secuestro o un acto terrorista contra el avión, de acuerdo con la agencia de noticias china Xinhua.
Grupos uigures han participado en ataques dentro de China y tienen presencia en la zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán, donde operan al-Qaida y otros grupos terroristas.
La policía malasia investiga a los pilotos y el personal de tierra, además ha solicitado a agencias de inteligencia de países que tenían ciudadanos a bordo que hagan una revisión a los antecedentes de esos viajeros.
Las autoridades de Malasia señalan que alguien a bordo de la aeronave apagó dos sistemas vitales de comunicación, lo que permitió que vuelo continuara casi sin ser detectado. Información de satélite muestra que pudo haber llegado a un arco gigantesco que va del centro de Asia al sur del continente y el océano Índico.
Huang también dijo que las autoridades chinas han iniciado la búsqueda del avión en su territorio.
La policía malasia indicó que investigan la posibilidad de secuestro, sabotaje, terrorismo o temas relacionados con la salud mental de los pilotos o de cualquiera de los que estuviera a bordo, pero aún no han informado sobre hallazgo alguno.
Un radar militar malasio ubicó al avión en el extremo norte del estrecho de Malaca a las 2.14 am del 8 de marzo, una hora y media después de haber despegado de Kuala Lumpur. Esa es la última posición confirmada del avión. Una señal enviada a un satélite a las 8.11 sugiere que en ese momento se encontraba en algún punto dentro de un enorme arco que va de Kazajistán al océano Índico al oeste de Australia.
Los investigadores analizan toda la información de que disponen para determinar quién estaba al mando de la nave cuando dejó de comunicarse con tierra. Han indicado que quien estuviera al mando contaba con experiencia de pilotaje y conocimiento de las tutas internacionales de vuelo.
El lunes el director de Malaysian Airlines, Ahmad Jauhari Yahya, dijo que una investigación inicial indica que las últimas palabras procedentes del avión que escucharon los controladores de tierra —”Todo bien, buenas noches”— fueron del copiloto, Fariq Abdul Hamid.
El domingo el ministro de Defensa de Malasia Hishammuddin Hussein dijo previamente que antes de que esas palabras fueran pronunciadas uno de los sistemas de comunicaciones de datos de la aeronave, conocido como ACARS, por sus siglas en inglés, había sido apagado intencionalmente, lo que indicaría que las palabras procedentes de la cabina de pilotos pudieron haber tratado de engañar a los controladores en tierra.
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Los periodistas de The Associated Press Jim Gómez y Eileen Ng en Kuala Lumpur y Kristen Gelineau en Sídney, Australia colaboraron para este despacho.