WASHINGTON (AP) — Bienvenidos a Estados Unidos, ese país donde alguna vez los blancos fueron mayoría.
Una declinación histórica en la cantidad de blancos combinada con el acelerado crecimiento de la población hispana está tornando cada vez más difusa la antigua división entre blancos y negros, poniendo a prueba leyes para proteger los derechos civiles y reformulando las alianzas políticas ahora que los blancos dejan de ser mayoría.
El cambio demográfico, que se viene gestando desde hace tiempo, se hizo evidente en las elecciones de noviembre pasado, cuando Barack Obama, el primer presidente de raza negra que tiene el país, fue reelegido a pesar de contar con un apoyo ínfimo entre los blancos.
Es un dato relevante en medio del debate en el Congreso de una reforma a las leyes de inmigración que podría despejar el camino para que unos 11 millones de extranjeros que están en el país ilegalmente, en su mayoría hispanos, puedan obtener la ciudadanía. La Corte Suprema, por otro lado, está decidiendo casos que podrían dar un nuevo significado a los conceptos de raza e igualdad.
El último censo y encuestas de la Associated Press reflejan un cambio histórico en una nación en la que los blancos no hispanos van a dejar de ser mayoría en la próxima generación, alrededor del 2043.
A pesar de ser una nación de inmigrantes, la mayoría blanca nunca estuvo en peligro en los 237 años de historia de los Estados Unidos, que serán la primera nación postindustrial en la que los blancos serán minoría. Brasil, un país en desarrollo, pasó hace rato por ese proceso y lo mismo podría ocurrir en cualquier momento en algunas ciudades de Francia e Inglaterra, si es que no sucedió ya.
La experiencia internacional y algunos eventos recientes en Estados Unidos hacen pensar que se avecina un futuro incierto para las relaciones raciales en este país.
En Brasil, donde se promueve el concepto de sociedad multirracial, la movilidad social sigue siendo una de las más bajas del mundo para los negros y la riqueza sigue concentrada entre una pequeña elite mayormente blanca. En Francia, el censo no toma en cuenta la raza y la gente comparte una unidad gala, pero persisten altos niveles de discriminación racial.
“La experiencia estadounidense siempre ha sido una historia de colores. En el siglo XX se plasmó la división entre blancos y negros. En el XXI nos estamos moviendo hacia un momento no blanco”, comenta Marcelo Suárez Orozco, experto en inmigración y decano de la Graduate School of Education & Information Studies de la UCLA.
“Numéricamente, Estados Unidos se está transformando. El asunto ahora es ver si nuestras instituciones también se están transformando”, manifestó.
El cambio está siendo alimentado por una ola moderna de gente procedente de América Latina y Asia. Su flujo anual ha sido de 650.000 personas desde 1965 y la tasa ha ido en aumento en años recientes, rebasando la de la última gran ola inmigratoria de hace un siglo. En esa ocasión, entre 1820 y 1920, llegaron irlandeses, alemanes, italianos y judíos de toda Europa, que convirtieron el puerto de entrada de Ellis Island, en Nueva York, en un monumento a la inmigración y símbolo de libertad y del sueño americano.
Otro factor relevante es el envejecimiento de la generación de los baby boomers, nacidos entre mediados de 1940 y mediados de la década del 60. A medida que se van jubilando surgirá la necesidad de inmigrantes de primera y segunda generación para que realicen sus trabajos.
Distintas estadísticas revelan que ser blanco ya no es un requisito para ser considerado un verdadero estadounidense.
—Desde el año pasado nacen más bebés entre las minorías que entre los blancos.
—Más del 45% de los niños en edad de guardería infantil y hasta el 12do grado son de minorías. La Oficina del Censo estima que en cinco años la cantidad de niños no blancos superará el 50%.
—En el Distrito de Columbia (la ciudad de Washington), Hawai, California, Nuevo México y Texas las minorías representan más del 50% de la población. Hacia el 2020 se unirán a esa lista otros ocho estados: Arizona, Florida, Maryland, Georgia, Misisipí, Nevada, Nueva Jersey y Nueva York. En Nuevo México ya hay más hispanos que blancos y lo mismo sucederá en California a partir del año que viene.
—Hacia el 2039, las minorías raciales y étnicas serán la mayoría de la población en edad de trabajar y ayudarán a mantener a una población de ancianos desproporcionadamente blanca a través del Seguro Social y otros beneficios. Más de una cuarta parte de la población de entre 18 y 64 años de edad será hispana.
—La población blanca es hoy de 197,8 millones de personas y se calcula que alcanzará los 200 millones en el 2024, momento a partir del cual experimentará un abrupto declive en números. Los blancos representan hoy el 63% de la población y se estima que hacia el 2043 serán menos del 50%. Ese año, las minorías étnicas y raciales en forma combinada pasarán a ser la mayoría. Los hispanos son los responsables casi exclusivos del gran crecimiento de las minorías debido a sus altas tasas de nacimientos y pasarán a ser el 26% de la población, comparado con el 17% actual.
El ritmo de asimilación de los hispanos y asiáticos de hoy es a menudo comparable con el de los polacos, irlandeses, italianos y judíos que llegaron a comienzos del siglo XX y que se asimilaron totalmente.
Hacia los años 30, no obstante, se impusieron estrictas cuotas a la inmigración y se cerraron las fronteras. Los inmigrantes fueron presionados para que se asimilasen y alimentasen programas económicos del New Deal que generalmente excluían a los negros. Las cuotas cortaron la llegada de trabajadores nuevos a enclaves étnicos y redujeron los contactos sociales y económicos entre los inmigrantes y sus países de origen.
“Estados Unidos deja de ser un crisol de razas”, dice el título de un artículo de un senador publicado por el New York Times en 1924. El legislador postulaba cuotas de inmigración que ayudasen a “preservar la composición racial de hoy en día”.
La información disponible hoy indica que los hispanos se asimilan pero al mismo tiempo mantienen fuertes lazos con su cultura. Desean aprender inglés y uno de cada cuatro se casa con una blanca.
En la actualidad, los inmigrantes no soportan tantas presiones para asimilarse como en el pasado. Los hispanos están amparados por leyes de los años 50 para garantizar la igualdad de derechos de los negros.
Si bien una creciente diversidad es a menudo un paso hacia una sociedad post-racial, algunos sociólogos advierten que la diversidad racial puede tranquilamente verse magnificada.
Una consulta de AP nunca hecha antes reveló en el 2011 que una ligera mayoría de blancos expresaba prejuicios raciales hacia los hispanos y que sus actitudes eran similares si no más prejuiciosas que hacia los negros. Los hispanos viven relativamente segregados en barrios pobres, afectados por la desaparición de empleos bien pagados en fábricas, que exigen aptitudes intermedias, como los que ayudaron a los blancos a trepar a la clase media la mayor parte del siglo XX.
El estudio de la AP fue realizado por investigadores de la Universidad de Stanford, la Universidad de Michigan y NORC, de la Universidad de Chicago.
El economista de Harvard George Borjas calcula que para el 2030 los hijos de los inmigrantes de hoy ganarán entre y 10% y un 15% menos que los no inmigrantes, a juzgar por las tendencias del pasado, y que los hispanos enfrentarán muchos problemas por las altas tasas de pobreza, el no tener la ciudadanía y bajos niveles de educación.
Aproximadamente el 35% de los bebés hispanos son de familias pobres, comparado con el 41% de los negros y el 20% de los blancos.
“La respuesta a los nuevos desafíos derivados de la diversidad racial y étnica determinará si tenemos una sociedad más abierta e inclusiva en el futuro, que ofrezca las mismas oportunidades y justicia para todos”, manifestó Daniel Lichter, sociólogo de Cornell y ex presidente de Population Association of America.
Los cambios demográficos han generado debates en torno a si algunos programas como el de cuotas para las admisiones a las universidades deberían enfocarse más en el nivel de ingresos que en la raza o el origen étnico. La Corte Suprema se pronunciará sobre el tema a fines de junio.
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En este despacho colaboraron los reporteros de AP Elaine Ganley (desde Montfermeil, Francia), Jenny Barchfield (Río de Janeiro) y Michelle Rindels (Las Vegas).