WASHINGTON (AP) — La economía lentamente sale de su peor crisis desde la de la década de 1930 y es previsible que los próximos cuatro años sean mejores que los últimos cuatro.
Pero el presidente Barack Obama, recién reelegido, y los legisladores republicanos siguen en las antípodas y son previsibles nuevas confrontaciones.
Las profundas divisiones que se hicieron evidentes en la campaña electoral en torno al papel del gobierno y a las maneras de reducir el déficit dominarán sin duda la escena política en el 2013 incluso si se evita caer en el “precipicio fiscal” que se avecina.
Desde que terminó la recesión a mediados del 2008, la recuperación ha sido lenta y compleja. La tasa de crecimiento desde entonces es un pálido 2% y el desempleo, de 7,7%, es casi el mismo que cuando Obama asumió por primera vez, en plena recesión.
Obama y los líderes republicanos no han logrado por ahora saldar las diferencias que impiden lograr un acuerdo que evite que el país caiga en un “precipicio fiscal”, como se denomina a una serie de medidas que entrarían en vigor si no hay un pacto, incluidos recortes de gastos y aumentos de impuestos. Los desacuerdos son profundos y resolverlos no está resultando fácil.
Obama ganó ampliamente las elecciones presidenciales, pero el Congreso continúa dividido. Los demócratas controlan el Senado y los republicanos la Cámara de Representantes.
Los dos partidos prestaron particular atención a los hispanos, la comunidad de mayor crecimiento del país y quienes votaron masivamente por Obama luego de que Romney fijó posturas muy duras hacia los inmigrantes sin papeles durante la campaña electoral.
Romney, quien alguna vez dijo que los extranjeros que están en el país ilegalmente deberían “autodeportarse”, recibió apenas el 27% del voto hispano, que demostró una vez más el peso que tiene en los comicios presidenciales.
Obama se apuntó una resonante victoria política cuando la Corte Suprema confirmó la legitimidad de un plan de salud impulsado por el mandatario. Pero el fallo fue una espada de doble filo pues los jueces dijeron que los estados no estaban obligados a aceptar la expansión del seguro de salud Medicaid, un aspecto fundamental de la nueva ley.
Hubo más debates presidenciales que nunca, en los que Romney sobrevivió al reto planteado por Rick Perry, Rick Santorum, Herman Cain y Michele Bachmann en las primarias republicanas. Pero Romney, quien actuó como moderado cuando fue gobernador de Massachusetts, no pudo ganarse a los conservadores de su partido.
Y pagó caro algunos comentarios en los que aludió a su riqueza y dio a entender que no está en contacto con la gente común. El más dañino fue cuando dijo que no le preocupaba “el 47%” de estadounidenses que no pagan impuestos y que esperan dádivas del gobierno. Tras la derrota, afirmó que Obama había ganado porque le daba “regalos” a la gente, aludiendo a los programas sociales para los pobres.
La producción de petróleo y de gas aumentó tan rápidamente como consecuencia de nuevos métodos de perforación que Estados Unidos se apresta a superar a Arabia Saudita como el principal productor de petróleo del mundo.
Si bien los estímulos aprobados por Obama y su predecesor George W. Bush para reactivar la economía ya expiraron, la Reserva Federal ayuda a impulsar el crecimiento manteniendo bajas las tasas de interés a corto plazo e imprimiendo miles de millones de dólares para comprar bonos del tesoro e hipotecarios, y estimular los préstamos, los gastos y el empleo.
El presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke, que fue quien acuñó el término “precipicio fiscal”, dijo que si no se resuelve la crisis para fin de año, “no creo que nuestros instrumentos sirvan para contrarrestar los efectos”.
La combinación de fuertes aumentos impositivos y reducción de gastos con el objetivo de reducir el déficit podría generar una nueva recesión, según Bernanke y otros economistas.
Una nueva crisis espera a la vuelta de la esquina si demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo pues el gobierno está llegando al límite de su capacidad de contraer deudas.
Se acerca a paso acelerado a los 16.400 billones de dólares, el tope fijado para su endeudamiento. Sin un acuerdo, el gobierno no podrá cumplir con sus obligaciones.
Los republicanos rechazan pedidos de Obama de que se suba el tope para el endeudamiento.
Las maniobras políticas que hicieron que se fijase un límite para el endeudamiento llevaron a que en el 2011 la calificación crediticia del país fuese rebajada, estremeciendo los mercados financieros.
Obama fue pintado como un enemigo de los empresarios, pero últimamente se la pasó cortejando a ese sector y muchos ricos apoyan su propuesta de subir los impuestos de quienes más ganan.
El presidente, por otro lado, fue elogiado tanto por demócratas como por republicanos por su manejo de la crisis derivada del paso del huracán Sandy, que causó estragos en el noreste del país.