WASHINGTON (AP) — Los republicanos en la Cámara de Representantes que lidian con el volátil tema de la inmigración están tratando de definir qué hacer con las personas que viven en el país de manera ilegal, y aunque la mayoría de ellos se niega a otorgar la ciudadanía a 11 millones de inmigrantes no autorizados, también evitan mencionar la deportación.
Mientras los republicanos en la cámara baja se preparan para reunirse el miércoles para debatir la inmigración, muchos legisladores al parecer se están inclinando por ofrecer estatus legal de algún tipo para millones que viven sin permiso en Estados Unidos. Pero no está claro exactamente qué y cómo.
Para algunos, la condición de trabajador invitado sería lo máximo permisible, mientras que otros están dejando abierta la posibilidad de que una vez que estén legalmente en el país, los inmigrantes puedan naturalizarse a través de los canales existentes de patrocinio familiar o de los empleadores. Y otros se centran en dar la ciudadanía a las personas traídas al país de jóvenes, a veteranos militares y tal vez otros que han vivido en el país durante años y han demostrado su contribución a la sociedad.
Pero dado que los demócratas no quieren nada que no contemple un camino directo, aunque largo, hacia la ciudadanía —como se vio en la iniciativa que aprobó el Senado_, es dudoso que pueda llegar una iniciativa al escritorio del presidente Barack Obama.
“Hay voluntad de actuar. Pero el margen de maniobra no es grande del lado de los republicanos en la Cámara de Representantes”, dijo el legislador de ese grupo, Trey Gowdy, presidente del subcomité de inmigración de la Comisión de Asuntos Jurídicos de la cámara baja. Sin el apoyo de los demócratas, “es un número muy pequeño el que puedes perder”.
Los republicanos controlan 234 escaños en la cámara baja, y los demócratas, 201. Aprobar una iniciativa de ley requiere 218 votos si todos los integrantes están participando.