BARCELONA, España (AP) — El Barcelona solo pudo empatar 0-0 con el Atlético de Madrid el miércoles en el partido de vuelta de la final de la Supercopa de España, pero se adjudicó el primer título de la temporada y también el primero de la era del entrenador argentino Gerardo “Tata” Martino, quien se hizo cargo del equipo en julio.
El resultado, unido al empate de 1-1 registrado en el cotejo de ida en Madrid hace una semana y gracias al gol de visitante, resultó en el cuarto trofeo del club azulgrana en las últimas cinco ediciones de la Supercopa, recuperando el trono perdido hace un año ante el Real Madrid y mejorando su total a 11 coronas.
Martino quiso dedicar el triunfo a su antecesor en el cargo, Tito Vilanova, quien renunció para someterse a un nuevo tratamiento contra el cáncer.
“Cuando hay un título en juego, lo que cuenta es ganarlo y, como entrenador nuevo, me saqué un peso de encima. Pero esto se generó la temporada pasada. Me tocó estar a mí por una desgracia. Somos campeones por los jugadores, por Tito y el cuerpo técnico”, expresó el rosarino.
El astro argentino Lionel Messi, que falló un penal, y el brasileño Neymar salieron de inicio por vez primera en la temporada en el Barsa. Anteriormente, ambos apenas habían coincidido siete minutos en la cancha, en la segunda mitad del partido inaugural contra el Levante, y muy esporádicamente en la pretemporada.
Pero el equipo de Martino realizó un partido mediocre, poco acorde con los duelos con el Atlético en el Camp Nou, que no registraban un 0-0 desde hace 27 años. Así, resultó decisivo el tanto de Neymar en la ida, igualando el primer gol de David Villa por el cuadro rojiblanco.
“Por separado, Neymar y Messi han hecho un buen partido. Es cierto que no se han asociado mucho, pero no tengo duda que lo lograrán. La actuación de Neymar me pareció muy buena y no vi necesidad de cambiarlo. Necesitamos encontrar más velocidad y precisión, pero creo que no está nada mal. Tampoco creo que haya equipos más intensos que el Atlético”, analizó Martino
Simeone confió en el mismo once de la ida, pero el Atlético no pudo hacerse con un torneo que no gana desde 1985, precisamente cuando se impuso en su primera final al Barsa, que luego vencería en sus tres cruces siguientes: en 1991, 1992 y 1996.
Las defensas mandaron sobre los ataques en la primera mitad, cerrada y con mejores ocasiones para el Atlético, en especial un punterazo de Arda Turan en el área tras una combinación con Jorge Resurrección “Koke” y un recorte sobre Gerard Piqué, que forzó a Víctor Valdés a realizar la atajada del partido.
El arquero azulgrana lo celebró casi como un gol, y es que los motivos para festejo local fueron escasos antes del descanso, con apenas una llegada forzada de Messi en profundización de Sergio Busquets y que Thibaut Courtois también acertó a neutralizar.
El rosarino, recién recuperado de una lesión muscular, fue bien sujetado por el sistema de ayudas y faltas selectivas de la zaga rojiblanca y careció del ritmo necesario para desbordar al segundo defensor, mientras que Neymar, ubicado en banda izquierda, optó por un rol secundario y apenas se prodigó en acciones individuales.
La presión inicial del Barsa hizo que al Atlético le durara poco el balón, pero los de Simeone fueron de menos a más, buscando siempre las cabalgadas de Diego Costa y algún despiste de la zaga azulgrana que Villa pudiera aprovechar de nuevo.
Pero el asturiano no se atrevió a rematar un buen cruce de Costa y dejó el balón para “Koke”, cuyo disparo manso detuvo con seguridad Valdés. La mejora atlética siguió tras el descanso y Villa sí se entonó entonces con una excelente rosca que volvió a encontrar mejor respuesta en Valdés, el mejor de un Barsa desvirtuado por el inmenso despliegue físico del equipo de Simeone.
Conforme el Atlético dio síntomas de notar el esfuerzo, el cuadro de Martino empezó a llegar por oleadas, pero cuando Messi no encontraba su quinta marcha entre sus marcadores, Neymar descartaba un remate franco para retrasar una volea a tierra de nadie.
La entrada de Pedro Rodríguez y Andrés Iniesta por Sánchez y Cesc Fábregas, unida a la expulsión del lateral visitante Filipe Luis por una refriega con Dani Alves a falta de 10 minutos para el final, permitió al Barsa tomarse un respiro y la victoria pareció un hecho tras provocar un penal Rodríguez en caída con Miranda, pero Messi erró el lanzamiento desde los 11 metros, impactando el travesaño.
La actuación arbitral enervó al Atlético, que vio también expulsado al sustituido Turan desde el banquillo y acabó desquiciado tras perder la primera final de las cuatro que ha dirigido Simeone.
“Hemos jugado muy bien los dos partidos, de forma inteligente, con nuestras armas, y tuvimos más ocasiones que ellos. Estoy muy orgulloso de los jugadores porque fuimos competitivos ante el mejor equipo del mundo”, dijo Simeone, quien también valoró “el crecimiento muy grande del equipo. En este tipo de eliminatorias todo es posible, pero la liga va seguir siendo de Madrid y Barcelona, que son muy superiores por el desequilibrio económico que existe”.