LA HABANA (AP) — El principal negociador del gobierno colombiano en las conversaciones con las FARC pidió al grupo rebelde que libere rápidamente a un soldado y dos policías secuestrados el mes pasado, mientras las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia confirmaron que todo está listo para que sean puestos en libertad.
Las FARC y el gobierno hablaron el domingo tras concluir la quinta ronda de sus negociaciones de paz en La Habana desde que las conversaciones iniciaron en Cuba el año pasado. Las reanudarán el 18 de enero.
En declaraciones el domingo en una conferencia de prensa en La Habana, las FARC dijeron que todo está listo para liberar a dos policías y un militar secuestrados a finales de enero y aseguraron que las conversaciones de paz con el gobierno colombiano marchan a buen ritmo.
“Ya se nos entregó un protocolo de seguridad para la liberación” aseguró el dirigente rebelde Iván Márquez a los periodistas.
Ambas partes destacaron la importancia del tema de las víctimas de los delitos de las FARC, uno de los puntos de la agenda de las conversaciones.
“No concebimos un acuerdo para la terminación del conflicto, sin que la guerrilla les ponga la cara a sus víctimas. Llegado el momento, propondremos fórmulas y mecanismos para que ello ocurra”, afirmó el jefe negociador por el gobierno, Humberto de La Calle, en un comunicado.
Por el lado de la guerrilla, Márquez comentó: “Si el gobierno toma muy en serio el tema de las víctimas, deberá empeñarse en responderle a la sociedad por ese rosario histórico de crímenes del terrorismo de Estado”.
Rodrigo Granda, uno de los negociadores de las FARC, dijo que las negociaciones avanzan “por buen camino, a ritmo de tren bala digo yo”.
“Sin duda, hemos avanzado y encontramos que el logro mayor de estas jornadas es coincidir en el propósito de dar acceso progresivo a la tierra al mayor número posible de colombianos que no la posean o la posean de manera insuficiente” expresó Márquez, cuyo nombre legal es Luciano Marín Arango, en un comunicado que leyó en la rueda de prensa.
De la Calle calificó el dialogo de “ordenado y serio” en un comunicado leído en conferencia de prensa. Además agregó que “el gobierno tiene la obligación moral de buscar un entendimiento si en la guerrilla hay verdadera voluntad de avanzar hacia la terminación del conflicto”.
“Mientras nos mantengamos en la discusión de la agenda pactada, estas conversaciones pueden avanzar a buen ritmo, al ritmo necesario para concretar los acuerdos que nos permitan ponerle fin al conflicto”, añadió de la Calle.
Los policías por liberar son Víctor Alfonso González y Cristian Camilo Yate, secuestrados el 25 de enero en una zona del departamento de Valle del Cauca cuando realizaban tareas de inteligencia. El uniformado es Josué Alvarez Meneses, de 19 años, retenido durante un combate en el departamento de Nariño, a 530 kilómetros al suroeste de Bogotá.
El presidente Juan Manuel Santos anunció la semana pasada el inicio de las gestiones para la liberación de los secuestrados.
Para las FARC, “debe haber una ley de canje permanente mientras subsista la confrontación armada” dijo Granda. Lamentó que el “gobierno sistemáticamente se niega a un cese del fuego bilateral” y recordó que las FARC respetaron un cese del fuego entre el 20 de noviembre y el 20 de enero.
Granda declaró que las dos partes están dialogando sobre el primer punto —sobre la problemática agraria— de una agenda de seis acordada entre las partes.
“Vamos en el primer tema. Como les decía, vamos por buen camino, a veces hay muchos agoreros, pero el pueblo colombiano debe estar tranquilo”, agregó el guerrillero.
En días recientes Santos afirmó que “vamos bien en Cuba en nuestras conversaciones con las FARC; vamos bien”. Adicionalmente, manifestó su esperanza de lograr la paz en Colombia este año.
En septiembre de 2012, Santos anunció que su gobierno había llegado a un preacuerdo con las FARC para iniciar un proceso de paz con el objetivo de poner fin a casi 50 años de confrontaciones entre las partes. El 18 de octubre pasado, en Oslo, Noruega, se instaló formalmente la mesa de negociaciones. De inmediato el proceso regresó a Cuba, donde las delegaciones del gobierno y la guerrilla conversan actualmente.