Francisco concede audiencia a presidenta argentina

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El papa Francisco concedió el lunes la primera audiencia a un jefe de estado al reunirse con la presidenta de su natal Argentina, quien le pide su intermediación en el conflicto con las islas Malvinas.

Cristina Fernández de Kirchner reveló al finalizar el encuentro con el otrora obispo de Buenos Aires que “solicité su intermediación para lograr el diálogo en la cuestión Malvinas”.

La mandataria al leer una declaración a la prensa después de la audiencia y un almuerzo con el pontífice señaló que existe el antecedente de cuando el papa Juan Pablo II medió en el conflicto que Argentina tuvo con Chile por el canal de Beagle y “con su intermediación se llegó a un acuerdo. Y ahora estamos en una situación histórica diferente, mucho más favorable porque hay gobiernos democráticos tanto en Argentina como en Gran Bretaña”.

El encuentro significó también una forma de limar asperezas entre los protagonistas de una prolongada rivalidad política de cuando el ahora Papa, Jorge Bergoglio, fungía como arzobispo de Buenos Aires y desde esa posición criticaba la administración de Fernández y su antecesor y esposo Néstor Kirchner.

El Vaticano dijo que la recepción de Fernández fue de carácter “privado” y no puede considerarse una visita formal de estado, sino como un “gesto de cortesía y afecto” hacia la presidenta y compatriota del Papa.

Esta vez, Fernández confesó que le causó emoción escuchar a Francisco hablar de la “Patria Grande”, un nombre que según la gobernante “era el término que utilizaban San Martín y Bolívar”.

“para una argentina, una latinoamericana, escuchar de coba del Papa el término Patria Grande me impresionó mucho y no hace más que reforzar nuestros esfuerzos para seguir en esta dirección”, dijo la presidenta, en una alusión a la meta que los gobiernos de izquierda, como el suyo, tienen de crear un integración regional.

Señaló que habían coincidido en la preocupación por la trata de personas y la esclavitud de muchas personas.

El encuentro del papa con la mandataria argentina duró unos 20 minutos, en la Casa de Santa Marta, donde se aloja aún el pontífice, ya que aún no ha tomado posesión de sus habitaciones en el palacio.

Fernández también manifestó que vio al Papa “sereno, seguro, tranquilo y en paz”, pero también “ocupado y preocupado por la inmensa tarea de conducir el Estado vaticano y el compromiso de cambiar las cosas que él sabe que tiene que cambiar y ya se han visto en sus gesto y actitudes diferentes y se verán en otras cosas que él decidirá”.

La presidenta le regaló un equipo de mate de cuero, que contenía un mate de calabaza y plata y su bombilla, un termo para el agua y dos recipientes para la yerba mate y el azúcar, y una típica manta de abrigo argentina, de lana de vicuña.

A su vez, Bergoglio le ha entregado una mayólica de la Plaza de San Pedro y un libro.

Al iniciar la conversación, la presidenta le preguntó: “¿Lo puedo tocar?”. Y el Papa respondió acercándose y dándole un beso en la mejilla. “Nunca un Papa me había besado”, respondió ella sorprendida y sonriente, según las imágenes que ha difundido la televisión.

Fernández llegó el domingo a Roma acompañada por una delegación de doce personas compuesta por ministros, jerarcas de la Iglesia católica, parlamentarios, magistrados, empresarios y dirigentes sindicales oficialistas.

Jorge Mario Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires hasta su elección el 13 de marzo, y sus relaciones con los Kirchner eran tensas, sobre todo a partir de la aprobación de las leyes sobre el aborto y el matrimonio homosexual.

Fernández saludó la elección de Bergoglio con una carta formal. Más tarde, en un acto público, celebró el día histórico para Latinoamérica porque Francisco es el primer papa de la región y le deseó que “pueda lograr mayor grado de confraternidad entre los pueblos y las religiones”.

La relación de Bergoglio con Cristina y Néstor Kirchner tuvo varios momentos de tensión debido a las críticas del arzobispo a las políticas sociales y el estilo de gobierno de los peronistas.

Bergoglio cuestionó en una de sus homilías “el exhibicionismo y los anuncios estridentes de los gobernantes”. En otras oportunidades renovó su llamado a combatir la pobreza, la corrupción y los problemas sociales.

El entonces presidente Néstor Kirchner, fallecido en octubre de 2010, rompió la tradición de asistir a la misa de tedeum que cada 25 de mayo se celebra en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires por la Revolución de Mayo de 1810, el inicio de la guerra de la independencia contra España, optando por celebrar la fecha en otros lugares del país.

La última reunión en privado entre Fernández y Bergoglio tuvo lugar en 2010.

Cristina Fernández asistirá también el martes a la misa de inicio del pontificado en la Plaza San Pedro, a la que se espera acudan 150 delegaciones de países de todo el mundo.

Además de la mandataria argentina, ya se encuentran en Roma otros líderes latinoamericanos, como la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el presidente chileno Sebastián Piñera.

Las autoridades comunales de Roma prevén que podría llegar un millón de personas hasta el Vaticano.

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