NUEVA YORK (AP) — Alex Rodríguez no está dispuesto a colgar su uniforme a rayas de los Yanquis de Nueva York en un futuro inmediato.
Odiado por aficionados debido a su pobre desempeño en la postemporada. Perseguido por Grandes Ligas en otro caso más que involucra drogas para mejorar el rendimiento. Mandado llamar por su empleador por no comportarse como un jugador de los Yanquis debe hacerlo.
Un pararrayos por todas las razones equivocadas, ninguna de las distracciones fuera del campo —y ha habido muchas— parece haber causado efecto en A-Rod anteriormente.
En esta ocasión no debería ser distinto.
Mientras Grandes Ligas redobla su investigación a la clínica anti envejecimiento en Florida ligada a la venta de drogas para mejorar el rendimiento a Rodríguez y más de una decena de peloteros de las mayores, el tres veces jugador más valioso de la Liga Americana realiza en silencio la rehabilitación de otra cirugía de cadera en las instalaciones de ligas menores de los Yanquis en Tampa, Florida, con planes de regresar durante la segunda mitad de la temporada con “muchos asuntos pendientes”.
Incluso como una figura solitaria en un campo en Florida, Rodríguez sigue siendo una molestia en el Bronx.
A inicios de la semana, el gerente general de los Yanquis Brian Cashman dijo a ESPN que no cree que el tercera base, elegido 14 veces al Juego de Estrellas, esté a la altura de su contrato sin precedentes de 275 millones de dólares por 10 años que vence en 2017. Un día después, el copropietario y socio ejecutivo de los Yanquis Hal Steinbrenner se sumó a las críticas al decir que “no cabe duda que ha habido momentos en los que hemos estado decepcionados de él y se lo hemos señalado y él comprende eso”.
Ha habido mucho de qué estar decepcionado.
Después de ganar su segundo premio al más valioso y obtener el cuarto de sus siete llamados al Juego de Estrellas con los Yanquis en 2007, Rodríguez rescindió su contrato durante la Serie Mundial, lo que molestó a ejecutivos de las mayores. Dos años después admitió haber usado esteroides mientras jugaba por los Rangers de Texas de 2001-03. También está siendo investigado por su participación en juegos ilegales de póquer.
Rodríguez es tan imprudente como el capitán de los Yanquis, Derek Jeter, es discreto. En repetidas ocasiones, A-Rod ha sido relacionado en las páginas de chismes con Madonna, Kate Hudson, Cameron Diaz y Torrie Wilson. Causó revuelo cuando fue visto acompañado por una desnudista en Toronto y en un club de swingers en Dallas. Para una doble plana de una revista, fue fotografiado besando su propio reflejo en un espejo de cuerpo entero —nadie ama a Alex más que Alex.
Eso es sólo lo que sucede fuera del campo.
En octubre del año pasado, fue enviado a la banca en tres de los nueve partidos y reemplazado por bateadores emergentes en otros tres —después de haber sido suplido en el primer partido de la serie de campeonato de la Liga Americana, fue visto coqueteando con aficionadas en las gradas. Su próximo hit contra un lanzador derecho será su primero en 19 turnos al bate. Se fue de 18-0 en la postemporada frente a derechos. En cada uno de sus outs, los aficionados lo abucheaban cada vez más fuerte y estaban más convencidos de que como jugador estaba acabado.
Y poco pueden hacer los Yanquis al respecto —y sobre los restantes 104 millones de dólares del contrato de Rodríguez.
Hubo una época en la que Rodríguez era considerado como una estrella que le devolvería la credibilidad a los libros de récords del béisbol. Ahora Grandes Ligas quiere deshacerse de él.
Al igual que los yanquis.
Pero incluso si Grandes Ligas suspende a Rodríguez por 50 ó 100 partidos por sus vínculos con la clínica Biogenesis of America y su fundador Anthony Bosch, los Yanquis no pueden usar ese castigo para rescindir su contrato, debido a la forma que está redactado el reglamento antidopaje del béisbol.