LeBron James regresa el miércoles a Cleveland, y de cierto modo parece irrelevante.
Así son las cosas cuando ganas 23 partidos al hilo. Ni siquiera la historia del regreso del hijo pródigo llama la atención.
Con la segunda racha ganadora más larga en la historia de la NBA, el Heat de Miami visita a Cleveland a sólo 10 triunfos del récord de 33 de los Lakers de Los Angeles de 1971-72.
El Heat perderá tarde o temprano, incluso es posible que suceda el miércoles, cuando los campeones de la NBA visiten el viejo vecindario de James para enfrentarse al viejo equipo de James, que resulta está diezmado por lesiones.
Aun así, podría ocurrir. Casi ocurre en Boston el lunes, a no ser por el tiro salvador de James en los segundos finales luego de que Miami remontó desventajas de 17 y 13 puntos para arrebatar el triunfo a Celtics 105-103.
Pero dada la manera como han cerrado sus últimas victorias y los partidos que les esperan, quizá no sea descabellado pensar que el récord de 33 victorias está a su alcance.
“Significa mucho”, dijo James luego del partido contra Boston. “Conozco la historia del partido. Estar en segundo lugar ahora… que nosotros estemos ahí y hacer las cosas de la manera como queremos hacerlas, significa mucho”.
También significa mucho que Miami en el corto plazo no visitará muchos equipos que aspiren a playoffs.
Cinco de los seis próximos partidos del Heat son contra algunos de los peores equipos en la liga. Y de los próximos 10 oponentes, sólo Chicago, San Antonio y Nueva York tienen récords ganadores.