Maduro afirma que perdió confianza en Colombia

CARACAS, Venezuela (AP) — El presidente venezolano Nicolás Maduro dijo el jueves que duda de la sinceridad de su colega colombiano Juan Manuel Santos sobre alcanzar la paz con la guerrilla de las FARC, y lo acusó de darle una puñalada por la espalda a Venezuela al reunirse con el líder opositor y ex candidato presidencial Henrique Capriles, quien según él estaría detrás de un plan para derrocar a su gobierno.

“Yo dudo, yo he perdido la confianza en el presidente Santos, a menos que me demuestre lo contrario”, dijo Maduro durante una gira de lo que ha llamado “gobierno de calle”, en que se acerca a la población simpatizante del fallecido presidente Hugo Chávez.

“Yo dudo en este momento de sus intenciones para hacer la paz (con las FARC)… Dudo en este momento de la sinceridad del presidente Santos cuando le mete una puñalada a Venezuela por la espalda a Venezuela y se presta a lavarle la cara a la conspiración contra Venezuela”, acotó.

Santos, cuyo gobierno reconoció la victoria de Nicolás Maduro sobre Capriles en los comicios de abril, no ha comentado su encuentro con el dirigente opositor ni las reacciones de las autoridades del vecino país que advirtieron que esa cita era una “bomba” que podría descarrilar las relaciones bilaterales.

Aunque aclaró que no ha tomado ninguna decisión al respecto, Maduro afirmó que está evaluando la permanencia de Venezuela como acompañante del diálogo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC.

“Yo llamé al embajador Roy Chaderton que estaba en La Habana, ya conversé con él”, comentó el mandatario. Chaderton es el comisionado de Venezuela en el diálogo de paz.

“Yo aquí tengo dudas si continuar o no en ese proceso… Yo recibí enviados del presidente Santos y, autorizado por él, hice gestiones con la guerrilla colombiana para lograr la paz… ahora nos van a pagar de esta forma con la traición”, enfatizó Maduro, quien antes de ser electo en abril fue canciller.

El proceso de paz entre las FARC y el gobierno de Santos tiene como garantes a Cuba y Noruega, mientras que Venezuela y Chile los apoyan.

“Lamento que Santos se haya prestado a esta jugada. Declaro, yo quiero tener las mejores relaciones con el gobierno de Colombia; pero no puedo aceptar que desde Bogotá se conspire contra Venezuela y yo quedarme callado”, manifestó Maduro.

Dirigiéndose a sus seguidores, Maduro indicó que el mandatario colombiano rompió las reglas de la relación bilateral, acordadas en su momento junto al entonces presidente Chávez. “Una de esas reglas de juego (es), nadie se mete en los asuntos internos del otro país. Una regla de juego básico para la convivencia, para el respeto”.

“Quienes no respeten, aquí está nuestra mano. Que haya rectificaciones a tiempo, mientras tanto seguiremos evaluando todas nuestras relaciones con el gobierno actual de Colombia”, añadió.

Horas antes, el líder opositor venezolano se reunió con compatriotas residentes en Colombia y agradeció la acogida de Santos y líderes del Congreso local, a quienes pidió presionar por el cumplimiento del compromiso de Unasur sobre la auditoría de la última elección venezolana.

Capriles, un abogado de 40 años, expresó que su viaje a Bogotá tenía un solo objetivo: recordarle a Colombia, como país miembro de Unasur, que en Venezuela se acordó una auditoría de la votación de abril y que ésta no se ha cumplido de forma total. Unasur saludó la realización de la auditoría pero no ha comentado las quejas de la oposición sobre su realización parcial.

“Los venezolanos…le dan las gracias a Colombia”, dijo Capriles al inicio de su discurso en referencia a sus encuentros con Santos y líderes del Congreso colombiano como parte de la campaña de los opositores venezolanos por distintas ciudades de la región planteando el caso de la auditoría.

La víspera “fui al Congreso colombiano y he estado haciendo un llamado a toda la institucionalidad colombiana y pidiéndoles a las instituciones colombianas y Colombia, que forma parte de Unasur, que lo que se acordó en Unasur se cumpla”, dijo Capriles.

El dirigente opositor dijo que todas las críticas desde Caracas a su encuentro con Santos buscaban “tapar” la crisis económica, política y desabastecimiento que vive su país.

“Solamente un gobierno profundamente débil en su legitimidad reacciona de esa forma, por eso yo le pido excusas al pueblo colombiano…reaccionan así por una foto” junto a Santos, añadió.

Por su parte, el diputado oficialista venezolano Elvis Amoroso, de visita en Bogotá, dijo que les preocupa que “una persona que esté tratando de derrocar por la vía del golpe de Estado al presidente Nicolás Maduro, sea recibido por el presidente colombiano”. En declaraciones a reporteros en la embajada venezolana en Bogotá, el diputado adujo que para el oficialismo, Capriles representa “un fascista, un nazi… una persona que (está) vinculada a la desestabilización”.

Para el congresista Jorge Enrique Robledo, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, que Santos haya recibido a Capriles fue “una irresponsabilidad”, porque “las relaciones de todo tipo, y particularmente económicas entre Colombia y Venezuela, son muy importantes” y “un presidente tiene que manejarlas con la prudencia que significa no agriar esas relaciones”.

Robledo opinó que la reacción de Caracas a la reunión entre Santos y Capriles “era absolutamente previsible” y se daba por descontado que “iba a caer muy mal en el gobierno venezolano”.

Sin embargo, consideró que el incidente no va a afectar el proceso de paz que lleva el gobierno de Santos con las FARC.

Pero para el analista Vicente Torrijos, profesor de política y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario en Bogotá, el entredicho sí revela una fragilidad en el proceso de paz.

“Es una muestra clara de que el proceso de paz está pegado con babas, es sumamente frágil y depende de las sensibilidades y emociones de un régimen que, como el neochavista, reacciona con apasionamientos y con ideología frente a lo que son intereses concretos”, dijo Torrijos.

Santos cometió “un error de cálculo estratégico. Pensó en su pragmatismo habitual: que una hora con Capriles no iba a tener tanta repercusión ni tanto traumatismo. Al fin y al cabo, en ese pragmatismo, Santos lo que piensa es que algún día Capriles puede llegar al poder y que, poniéndole una vela a Dios y otra vela al diablo, convenía recibirlo”, añadió.

En tanto, el secretario general de la OEA José Miguel Insulza dijo en Washington que no planteará ante el Consejo Permanente de la organización hemisférica la denuncia de la oposición venezolana de que el gobierno del presidente Nicolás Maduro viola la carta democrática interamericana al haber obtenido un triunfo fraudulento en los comicios de abril.

“Un país miembro debería plantearlo (el caso venezolano). Si no lo plantea uno, no lo planteará el secretario general”, dijo Insulza a reporteros.

“Si hay 34 países miembros y ninguno plantea el tema, eso quiere decir que no hay mucho ambiente para tratarlo en la organización”, agregó.

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García reportó desde Bogotá. Los periodistas de The Associated Press Fabiola Sánchez y Jorge Rueda, en Caracas, y Luis Alonso Lugo, en Washington, contribuyeron con esta información.

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