LAS VEGAS (AP) — Una inusual serie de tormentas habían enfriado el aire de verano a un nivel casi tolerable, aunque el interior del gimnasio Floyd Mayweather Jr., ubicado a unos pocos kilómetros del Strip de Las Vegas, estaba tan lleno de sudor como siempre.
Con un par de compañeros de entrenamiento frente a él el lunes por la tarde, Mayweather subió aún más la temperatura.
“Ahí, justo ahí”, gritó al primer boxeador desafortunado en sentir sus golpes. “No te puedes escapar. Te pegaré cuando quiera”.
Mayweather no tardó mucho en hacer precisamente eso. Cuando el tercero de cuatro rounds estaba por alcanzar los 10 minutos, conectó una rápida sucesión de golpes para acabar con un gancho de izquierda que sacudió a su oponente y lo dejó tambaleándose por el cuadrilátero.
Todo en un día de trabajo, pero todavía quedaban tareas pendientes. Siempre es así cuando Mayweather entrena, y sobre todo ahora, a menos de tres semanas de su pelea con el invicto astro mexicano Saúl “Canelo” Álvarez.
Es una gran pelea, pero todas las peleas de Mayweather son grandes. Es el indiscutible rey del sistema pague por ver, y el duelo del 14 de septiembre es tan atractivo que el precio de la televisión por pago alcanza la enorme cifra de 74,95 dólares para los espectadores que lo quieran ver en alta definición. A pesar de que la última pelea de Mayweather en mayo contra Robert Guerrero — por la que obtuvo 32 millones de dólares— no fue un gran éxito de taquilla, esta debería bastar para que los ejecutivos de Showtime y CBS se sientan mejor sobre el dinero que gastaron para asegurarse la mayor atracción del boxeo.
Mejor aún, combate por segunda vez en cuatro meses después de no pelear más de una vez al año desde 2007.
“Estoy listo para rendir y entretener, eso es de lo que se trata”, dijo Mayweather. “Soy mucho más viejo ahora, así que en las últimos cinco peleas que tengo quiero sacar provecho del dinero”.
Es la segunda de las seis peleas acordadas con Showtime, que se lo arrebató a HBO para ayudar a vender suscripciones de cable y construir su marca de boxeo. Mayweather dice que los combates serán los últimos de su carrera, aunque a los 36 años no parece haber perdido nada de los reflejos o la velocidad que le han ayudado a ganar todos los 44 combates de su carrera profesional, que comenzó tras los Juegos Olímpicos de 1996.
Lo que ha cambiado es la forma en que Mayweather se promociona, aunque él dice que no ha cambiado. Desde que salió de una cárcel de Las Vegas después de cumplir 64 días por cargos de violencia doméstica el año pasado, Mayweather ha sido el modelo de la cortesía y la buena educación, un marcado contraste con el personaje de chico malo que lo convirtió en una gran atracción a lo largo de los años.
Esa es una razón por la que el programa All Access de Showtime sobre la pelea Mayweather-Álvarez pareció un poco aburrido en el primer episodio. Por supuesto, allí estaban las tomas de rigor de Mayweather y Álvarez cara a cara y juntos en una gira de promoción de la pelea, pero no había drama de los combates anteriores de Mayweather, cuando se le veía gritar a su padre o contar fajos de billetes de 100 dólares con su antiguo amigote, el rapero 50 Cent.
Eso vendía paquetes de televisión de pago a personas que gastaban su dinero con la esperanza de ver a Mayweather o bien victorioso o bien noqueado. Pero Mayweather parece haber superado ese papel, o simplemente no quiere interpretarlo más.
“¿Qué quieres decir con imagen? Mi imagen siempre ha sido la de un animador, pero en casa soy un gran padre”, dijo Mayweather. “No hay ningún rufián, es una imagen que los críticos eligieron. Mi imagen es asegurarme de que mis hijos reciban la mejor educación y proporcionarle una vida cómoda a mi familia”.
Si el nuevo Mayweather es un tipo amable y gentil fuera del ring, algo también ha cambiado en el interior. Sus peleas a veces tendieron a convertirse en asuntos tediosos mientras intentaba ganar sin recibir golpes, pero en los últimos años ha cambiado un poco su estilo y se ha vuelto más agresivo y desprevenido.
Eso se vio el lunes cuando correteaba a dos sparrings en el cuadrilátero, golpeándolos con ganchos de izquierda y puños diestros al tiempo que mantenía un flujo constante de parloteo. El corto período de tiempo entre peleas debería ser beneficioso para Mayweather a su edad, y ya está dentro del peso de 69 kilos (152 libras) necesarios para la pelea.
“Volví tan rápido que todavía estoy en forma”, dijo. “Me siento bien, muy bien”.
Los fanáticos del boxeo también deberían sentirse bien de que Mayweather se enfrente a Álvarez, de 23 años, quien está invicto en 42 peleas y tiene uno de los títulos de las 154 libras. Mayweather ha recibido críticas en el pasado por la elección de sus oponentes y por rehusarse a pelear contra el filipino Manny Pacquiao, pero Álvarez es una de las peleas más peligrosas que podía elegir en esta etapa de su carrera.
No es que Mayweather vaya a reconocerlo. Mientras ponía hielo en sus manos sentado en un vestuario luego de su sesión de ejercicios, cuestionó la calidad de los oponentes de Álvarez, y dijo que sólo era una pelea más para él.
Otra pelea y otro pago de entre 40 y 50 millones de dólares para cimentar su reinado este año como el deportista mejor pagado del mundo.
¿Y qué hay de Pacquiao y el combate que ahora probablemente nunca ocurrirá?
“Ni siquiera sé quién es ese”, dijo Mayweather.