NUEVA YORK (AP) — La escena: El Aeropuerto Mehrabad de Teherán en enero de 1980. Seis diplomáticos haciéndose pasar por un equipo de producción de cine de ciencia ficción están por volar a la libertad con sus escoltas de la CIA. De pronto hay un momento de pánico en lo que debía ser un trayecto sin percances por el aeropuerto.
El avión ha tenido fallas mecánicas y el vuelo será retrasado. ¿Los estadounidenses serán descubiertos, arrestados o asesinados? El oficial de la CIA Tony Méndez, también disfrazado, trata de calmarlos. Por suerte el avión sale una hora después.
A quien vio la película “Argo” no le hizo falta este detalle, que es relatado en el libro de Méndez sobre la operación real. Eso es porque el director Ben Affleck y el guionista Chris Terrio lo reemplazaron con una situación aún más dramática, en la que había cancelaciones de reservas de avión, oficiales iraníes con sospechas que llamaban a la oficina en Hollywood del equipo de producción falso (una llamada que fue respondida justo a tiempo), y finalmente una persecución llena de adrenalina en la pista justo cuando el avión despega, separándolos sólo por unos segundos de la catástrofe.
Cine deslumbrante, sobre algo que nunca ocurrió. Affleck y Terrio, cuya película es una de las principales contendientes para el Oscar nunca dijeron que su cinta era un documental, pero aun así han sido criticados por las libertades que se tomaron en el nombre del entretenimiento.
Y no son los únicos otras de las mayores nominadas de este año, “Zero Dark Thirty” de Kathryn Bigelow y “Lincoln” de Steven Spielberg, también han sido criticadas por tomarse libertades con la realidad histórica.
Desde los inicios del séptimo arte, todos los cineastas que han hecho películas basadas en hechos reales han escuchado la misma acusación, pero ya que tres películas realistas compiten por los Oscar, el asunto también ha llegado al primer plano en la carrera por los premios, y con él una disyuntiva: ¿El público se merece la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad? Claro que no, pero ¿cuánta ficción está bien?
El más reciente episodio involucró a “Lincoln” cuando se reveló que Spielberg y su guionista, el dramaturgo ganador del Pulitzer Tony Kushner, se tomaron cierta libertad al retratar la votación de 1865 sobre la 13 enmienda constitucional que prohibía la esclavitud. En su respuesta a la queja de un congresista de Connecticut, Kushner reconoció que había cambiado detalles al hacer que dos representantes de Connecticut votaran contra la enmienda, cuando en realidad los cuatro votaron a favor.
En un comunicado Kushner dijo que se había “apegado a estándares aceptados desde hace tiempo completamente legítimos para la creación de un drama histórico, como lo es ‘Lincoln’. Espero que nadie se sienta impresionado al saber que también inventé diálogos e imaginé encuentros e inventé personajes”.
A pesar de esto su respuesta no fue satisfactoria para todos. La columnista del New York Times, Maureen Dowd, pidió este fin de semana que Spielberg ajuste la versión en DVD de la cinta antes de que salga a la venta para que la película no haga que los estudiantes piensen que Connecticut es un estado “chiflado”.
Para un profesor de escritura de guiones el asunto de “Lincoln” es “un poco perturbador”, pero sólo un poco.
“Quizá cambiar la votación fue demasiado”, dijo Richard Walter, profesor titular de creación de guiones la Universidad de California, Los Angeles. “Quizá pudo haber otras formas de hacerlo, pero realmente no es sumamente importante. La gente acepta que se tomen libertades, una película es una película. La gente que va para una clase de historia está en el lugar equivocado”.
Walter dijo que a sus estudiantes les da esta recomendación: “Busquen los sentimientos, porque lo único que es realmente verdadero en las películas son los sentimientos que la gente experimenta cuando las ve”.
Carson Reeves, quien dirige el influyente sitio sobre escritura de guiones Scriptshadow, dijo que los escritores que basan sus guiones en hechos reales enfrentan un problema constante: Ningún tema o vida es tan atractiva y suficientemente dramática por su cuenta, dijo, como para amoldarse totalmente a un guion con tres partes, subtramas, giros en la historia y un poderoso villano”.
“Quizá uno tiene que descartar cosas que podrían haber hecho la historia más apegada a la realidad”, dijo Reeves, quien a pesar de esto le dio una mala reseña al guion de “Lincoln” porque le pareció que tenía demasiados diálogos y pocas acciones. Agregó que cuando un personaje es tan famoso como Abraham Lincoln, hay que apegarse más a los hechos.
De las tres películas, “Zero Dark Thirty” ha sido la más controversial. Las críticas más duras, a pesar de que se ha elogiado su destreza cinematográfica, han sido sobre su retrato de los interrogatorios y algunas han provenido de un grupo de senadores que dijo que la cinta engaña a los espectadores por insinuar que la información que ayudó a la CIA a encontrar a Osama bin Laden se obtuvo mediante tortura.
También han surgido dudas sobre la fidelidad del retrato del personaje principal, una agente de la CIA protagonizada por Jessica Chastain. La persona verdadera, o la combinación de personas, que interpretó la actriz permanece anónima.
Mark Boal, el guionista de la cinta dijo en una entrevista reciente que los escritores tienen una responsabilidad con la historia y con el público.
“Me parece que hay una responsabilidad con la audiencia, porque está pagando por ver y también la responsabilidad de contar una buena historia”, dijo. “También está la responsabilidad de ser respetuoso con el material”.
Aunque en una entrevista posterior con el Wall Street Journal, Boal señaló: “Creo que estoy en mi derecho, por cierto, si creo firmemente que bin Laden fue asesinado por aliens, de retratarlo… ¿No es legal eso en este país?”
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Los periodistas de The Associated Press Jake Coyle y Josh Hoffner contribuyeron con este despacho.