WASHINGTON (AP) — Con flores y regalos listos, el presidente Barack Obama debió cumplir un compromiso ineludible, aunque ajeno a la conducción del país: una cita por el Día de San Valentín con la primera dama.
Dese los suburbios de Atlanta, Obama dijo el jueves que su esposa Michelle le hizo prometer que regresaría a la Casa Blanca a tiempo para su cita.
Lo hizo, por supuesto, varias horas antes de que la pareja saliera de la Casa Blanca para un corto paseo al restaurante del chef español José Andrés, Minibar.
Obama dijo en broma que conseguir las flores es más sencillo, pues tiene un Jardín de las Rosas justo frente a la puerta de la Casa Blanca.
Pero en ese jardín no había rosas, ni flores de ningún tipo el jueves.
El Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, ubicado justo afuera de la Oficina Oval, comenzó a ser cultivado en 1913, por la primera dama Ellen Wilson.