WASHINGTON (AP) — El presidente Barack Obama se está colocando en primer plano del debate sobre la reforma migratoria esta semana después de haberle cedido las negociaciones al Congreso gran parte del año.
El mandatario está concediendo dos entrevistas televisivas con canales que transmiten en español. Y esta semana presidió una ceremonia en la Casa Blanca para otorgar la ciudadanía por naturalización a algunos inmigrantes.
En el acto, instó a los legisladores a que concluyan las conversaciones sobre una reforma amplia a la ley de inmigración.
Pero cauteloso de no echar a perder ese delicado esfuerzo bipartidista, en gran medida Obama sigue evitando tocar los espinosos temas de políticas que siguen sin solucionarse, incluido un nuevo programa de trabajadores con bajo nivel educativo que ha dividido a los líderes empresariales de los sindicales. La Casa Blanca prefiere dejarles esos detalles a los legisladores, bajo la lógica de que un proyecto de ley elaborado en el Capitolio tiene mayores probabilidades de obtener el apoyo republicano que uno influido abiertamente por el presidente.