EL VATICANO (AP) — Al igual que su predecesor, el papa Francisco extendió una mano a la comunidad judía de Roma en el inicio de su pontificado, y prometió que continuará fortaleciendo los lazos entre católicos y judíos.
Apenas horas después de ser electo como el primer papa latinoamericano en la historia, Francisco envió una carta al principal rabino de Roma, para manifestar su esperanza de “contribuir al progreso registrado en las relaciones entre judíos y católicos” desde el Concilio Vaticano II de 1962-1965.
Líderes judíos saludaron la elección de un pontífice considerado un aliado cuando era arzobispo de Buenos Aires. El presidente israelí Shimon Peres dijo que Francisco sería “un huésped bienvenido en la Tierra Santa”, mientras que Ronald Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial, dijo que el nuevo papa “siempre ha estado dispuesto a escuchar nuestras preocupaciones”.
“Al elegir a un hombre de tanta experiencia, alguien conocido por su mente abierta, los cardenales han dado una importante señal al mundo”, dijo Lauder. “Estoy seguro de que el papa Francisco va a continuar siendo un hombre de diálogo, un hombre capaz de crear conexiones con otras fes”.
El cardenal Jorge Bergoglio, como era conocido antes de convertirse en papa, mostró como arzobispo de la capital argentina una inclinación a expandir los contactos interreligiosos al islam y al judaísmo, e hizo esfuerzos para reducir más las viejas divisiones con las iglesias ortodoxas.
El prelado fue ampliamente elogiado por su ayuda a la comunidad judía de Buenos Aires luego del atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina en 1994, en el que murieron 85 personas. Irán ha sido responsabilizado por el ataque, y Teherán ha rechazado las acusaciones. Una “comisión de la verdad” argentino-iraní está estudiando la evidencia.
“Esperamos que sus palabras y su ejemplo contribuyan a lograr la hermandad, armonía y la paz entre los pueblos”, dijo la Asamblea Rabínica Italiana, que prometió hacer su parte para estimular el diálogo entre judíos y católicos “con respeto mutuo por las respectivas identidades”.
Los predecesores de Francisco, Juan Pablo II y Benedicto XVI, trabajaron hacia una reconciliación entre católicos y judíos.
El primer acto oficial de Benedicto como papa fue una carta a la comunidad judía de Roma. Además, fue el segundo papa en la historia, después de Juan Pablo II, en entrar a una sinagoga. Sin embargo, fue blanco de críticas cuando levantó la excomunión de un obispo que negó el Holocausto.
Lauder dijo que el Congreso Judío Mundial, que representa a las comunidades judías en 100 países, está convencido de que Francisco “criticará todas las formas de antisemitismo tanto dentro como fuera de la Iglesia católica, que tomará medidas contra clérigos que nieguen o resten importancia al Holocausto y fortalecerá las relaciones del Vaticano con Israel”.