SEUL (AP) — Luego de semanas de retórica bélica, el líder norcoreano Kim Jong Un convocó a los legisladores a una reunión anual tras la declaración del Partido Comunista norcoreano de que la construcción de ojivas nucleares y el fortalecimiento de la economía son las prioridades del país.
La reunión de la Suprema Asamblea Popular se produce luego de amenazas casi diarias de Pyongyang, incluyendo la promesa de atacar con armas atómicas a Corea del Sur y Estados Unidos. Por su parte, la Casa Blanca envió cazas de combate sigilosos F-22 para que participen en los ejercicios militares anuales con Corea del Sur, y la presidenta surcoreana, que desea reanudar las conversaciones con Pyongyang, dijo a sus mandos militares que se olviden de las consideraciones políticas y respondan enérgicamente en caso de que Corea del Norte ataque.
Pese a la continuidad de las hostilidades en la península, se aprecia un cambio en la retórica de Corea del Norte hacia un mensaje de intentar resucitar su economía con el desarrollo nuclear.
“Había peligro de que esta situación degenerara en una actitud permanente de guerra”, dijo John Delury, un analista de Corea del Norte de la Universidad Yonsei de Seúl. “En medio de esta tensión y actitud y retórica belicista, Kim Jong Un está diciendo ‘miren, seguimos centrados en la economía, pero lo hacemos con nuestra disuasión nuclear intacta”’.
Pyongyang reaccionó airada ante las maniobras anuales de Estados Unidos y Corea del Sur y la nueva ronda de sanciones de la ONU tras la prueba nuclear subterránea del 12 de febrero, la tercera del país. Los analistas consideran improbable un ataque de Corea del Norte y sostienen que las amenazas están más relacionadas con esfuerzos por obtener una política más tolerante con Pyongyang del nuevo gobierno de Seúl, reanudar el diálogo con Washington y consolidar las credenciales militares del nuevo líder comunista en su país.
El domingo, Kim y los dirigentes del partido adoptaron una declaración que considera las armas nucleares “la vida de la nación” y un componente importante de su defensa, que no debe ser canjeado ni siquiera por “miles de millones de dólares”.
Corea del Norte considera una amenaza para su existencia el arsenal nuclear de Estados Unidos desde la guerra coreana de 1950-53, que concluyó en un armisticio, no un tratado de paz, dejando la península técnicamente en guerra. Pyongyang justifica sus aspiraciones nucleares en gran parte ante la presunta amenaza de Estados Unidos, que cuenta con decenas de miles de soldados en Corea del Sur desde aquel armisticio.
Aunque los analistas consideran las amenazas de Corea del Norte en gran medida un alarde de bravuconería, hay temores de que pueda escalar un encontronazo armado. Seúl ha prometido que responderá con contundencia si Corea del Norte provoca a las fuerzas surcoreanas. Los enfrentamientos navales en aguas del Mar Amarillo frente a la costa coreana han ocasionado cruentos combates varias veces a lo largo de los años. Un ataque atribuido a Pyongyang en el 2010 mató a 50 marineros surcoreanos.
Los miembros de la Suprema Asamblea Popular de Corea del Norte se reunieron el lunes en Pyongyang, aunque su finalidad no estaba del todo clara.
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