CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El humo negro volvió a asomar el miércoles por la chimenea de la Capilla Sixtina anunciando que la Iglesia Católica sigue sin nuevo papa, mientras el Vaticano informó que el proceso marcha según lo previsto y que los cardenales se encuentran bien.
Sin querer especular sobre cuándo podría producirse la elección del pontífice, el reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, dijo que pensar en una misa de inauguración papal el próximo 19 de marzo, festividad de San José -patrón de la Iglesia universal católica- es “una buena hipótesis”.
Estas celebraciones suelen contar con la asistencia de jefes de Estado. En el anterior cónclave de 2005, Benedicto XVI celebró la misa cinco días después de su elección. Lo que supondría, siguiendo ese patrón que no es fijo, que la fumata blanca podría producirse el jueves.
“Ningún cónclave ha durado más de cinco días desde 1831”, explicó el padre Thomas Reese, autor del libro “Dentro del Vaticano”, una guía para entender la burocracia vaticana. “Si sobrepasan esa barrera de los cinco días es que hay problemas y que no hay consenso sobre una persona en particular”, agregó.
Los 115 cardenales completaron su tercera ronda de votaciones en el segundo día de cónclave y, al igual que el martes, la fumata negra indicó que sigue sin haber acuerdo y que ninguno de los candidatos reunió los 77 votos necesarios.
Se espera otra fumata por la tarde con el resultado de otras dos nuevas votaciones, en las que cada cardenal deposita una papeleta con el nombre del que a su juicio es el candidato idóneo. Solo si fuera blanca significaría que hay un papa electo.
Las puertas de la Capilla Sixtina siguen cerradas a cal y canto y los cardenales no tienen contacto con el mundo exterior. Pero la prensa italiana sigue considerando al brasileño Odilo Scherer y al italiano Angelo Scola como los grandes favoritos.
Sin embargo, el prestigioso diario El Corriere della Sera informó el miércoles que el mexicano Francisco Robles Ortega, cardenal de Guadalajara, podría ser el tercer gran candidato en discordia si Scherer y Scola no consiguen acercarse a la mayoría.
Robles Ortega, de 64 años, es el presidente de la Conferencia Episcopal de México y fue nombrado cardenal por Benedicto XVI en 2007.
En su primera rueda de prensa tras el inicio del cónclave, Lombardi explicó que los cardenales se encuentran bien y recordó la emoción vivida en la Capilla Sixtina.
“Es un momento importante para la historia de la Iglesia”, admitió.
Lombardi insistió en que lo que ocurre entre los frescos de Miguel Angel es secreto. Pero que los cardenales pueden dialogar e intercambiar impresiones sobre el proceso mientras descansan en su residencia de Santa Marta.
“Los cardenales tienen la libertad de organizar el tiempo a su disposición”, explicó. “En la residencia tienen un tiempo que les permite dialogar entre ellos, intercambiar pareceres y madurar su elección y su voto”, añadió.
Decenas de curiosos y fieles rezando se congregaron desde primera hora en la Plaza de San Pedro del Vaticano a pesar de la fuerte lluvia que ha caído sobre Roma estos días.
“No me gusta ver el humo negro, todos queremos la fumata blanca”, comentó el padre ThankGod Okoroafor, un padre nigeriano que estudia teología en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma. “Quizá significa que los cardenales se están tomando su tiempo para no cometer errores”, agregó.
Precisamente, la intensidad y densidad del humo negro que ha expulsado la chimenea de dos metros de la Capilla Sixtina ha sido uno de los asuntos más comentados.
Lombardi reveló los complementos químicos que se están usando para evitar los equívocos de 2005.
Para el negro se está potenciando el humo con cartuchos que contienen perclorato de potasio, antraceno (un componente del alquitrán mineral) y azufre.
El humo blanco, cuando haya una elección, se conseguirá con clorato de potasio, lactosa y resina de cloroformo.
La renuncia de Benedicto XVI, la primera de un papa en 600 años, parece haber sacudido los cimientos de la Iglesia y no parece existir un consenso claro entre los cardenales sobre si el futuro pontífice debe ser un gestor que ponga orden en el Vaticano o un pastor carismático capaz de inspirar a los fieles en tiempos de crisis.
Durante más de una semana, las congregaciones de cardenales evaluaron a puerta cerrada la situación de la Iglesia con el objetivo de hacerse una idea bien formada del perfil que necesita el nuevo papa, pero los debates terminaron entre dudas y cuestiones sin resolver.
Las finanzas de la Santa Sede, en particular de la banca vaticana, han quedado en entredicho por supuestas acusaciones de corrupción.
Este asunto, unido al famoso caso Vatileaks, el informe redactado por tres cardenales sobre la filtración de documentos confidenciales de Benedicto XVI, ha marcado las reuniones previas al cónclave.