WASHINGTON (AP) — Con la integración de accesorios a un teléfono multifuncional, el usuario podría obtener casi un examen físico completo, sin colocarse una bata ni tener que acudir a un consultorio médico.
¿Cómo está la presión arterial? El teléfono puede realizar una lectura rápida. ¿El corazón está bien? Coloque los dedos en el sitio adecuado y la imagen del ritmo de un electrocardiograma aparecerá en la pantalla del teléfono.
Enchufe algunos dispositivos más y podría tener fotografías de su tímpano y de la parte posterior del ojo, escuchar el ritmo cardiaco, graficar la función pulmonar e incluso obtener un sonograma.
Todas estas herramientas parecen insinuar que estamos a un paso de ser médicos de “hágalo usted mismo”, pero la idea no es autodiagnosticarse sino que la gente monitoree su propia salud mediante dispositivos médicos en miniatura que aprovechan la omnipresencia del teléfono multifuncional.
“Queríamos asegurar que tengan todas las herramientas correctas disponibles en su bolsillos”, es la manera como Joseph Flaherty, de AgaMatrix, describe al pequeño monitor de glucosa de su compañía. Los diabéticos pueden enchufar el iBGStar en la parte inferior de un iPhone y revisar su nivel de azúcar en la sangre sin necesidad de un dispositivo adicional.
Ésta medicina móvil podría además ayudar a los médicos a cuidar a sus pacientes de maneras nuevas. En marzo, el prominente cardiólogo de San Diego Eric Topol tuiteó: “No es necesario un aterrizaje de emergencia” cuando utilizó su electrocardiograma en smartphone para diagnosticar un ritmo cardiaco irregular preocupante, pero no inmediatamente peligroso en un compañero pasajero de un vuelo que se encontraba a una altitud de 30.000 pies.
La Universidad de California en San Francisco espera inscribir una asombrosa cantidad de un millón de personas en su Health eHeart Study (Estudio electrónico de Salud Cardiaca) para ver si utilizando tecnología móvil —incluidos teléfonos celulares monitoreando ritmo cardiaco y presión arterial de la gente— podría ayudar a tratar y prevenir enfermedades cardiovasculares.
La pregunta es: ¿Los dispositivos para teléfono multifuncional realmente funcionan suficientemente bien para que el paciente promedio y el médico de cabecera se sumerjan en ellos? ¿O quienes son de los primeros en adoptarlos lo hacen sólo porque lucen geniales? Muchos de los dispositivos cuestan de 100 a 200 dólares, hay poca información sobre venta pública y no está claro cómo manejarán las compañías aseguradoras la incipiente tendencia.
“La tecnología en ocasiones evoluciona más rápido de lo que estamos preparados para ella”, advirtió el doctor Glen Stream, de la American Academy of Family Physicians (Academia Estadounidense de Médicos Familiares).
“Estamos reconociendo más y más que no toda la atención necesita ser cara a cara, pero sólo si la gente mide las cosas apropiadas y tiene una relación con un médico para ayudar a hacer buen uso de los descubrimientos”, manifestó.